Las batallas del abuelo Cebolleta I-Mi 1ª moto cumple años..

Como los dias de vacaciones dan para mucho, quiero aburriros un rato con una serie de relatos , ambientados en epocas preteritas, pero que espero que al menos amenicen un poco las calurosas tarde de Siesta: “Las batallas del Abuelo Cebolleta”...

Vamos con con el primer relato dedicado a mi primer hierro…

Corria 1978…

Al margen de los apasionantes acontecimientos que muchos pudimos vivir en directo y no a traves de libros o videos añejos, mi incipiente adolescencia comenzaba a abrir nuevas perspectivas, nuevos sueños,

De aquel año guardo especiales gratos recuerdo. En el colegio las cosas fueron muy bien. Poco a poco obtenia de mis padres permisos hasta entonces desconocidos, descubriendo la libertad de salir, entrar, ir en metro, tener llaves de casa,…cosas que aun siendo algo muy simple desde una perspectiva de adulto, eran autenticas conquistas para un chaval de 13 años.

Y como no…los fines de semana, las vacaciones, en la Sierra veían aumentar exponencialmente aquella libertad recién conquistada…

Llegado el mes de Junio, con el curso aprobado comenzó el verano que inicio lo que 30 años después continua siendo mi afición.

De las manos de mi tía Carmen, empezaron a caer en mis manos los primeros números de Motociclismo…que por aquel entonces hablaban de la vuelta de un tal Mike Hailwood que después de 11 años retirado, volvía a arrasar en la Isla de MAn; de los infortunios de Ángel Nieto a lomos de la Bultaco 125; de los duelos entre un tal Toni Elias y un tal Fernado Muñoz en el Campeonato de España de Motocross; del dominio de un Finlandés (o era sueco?) con nombre que se prestaba a chiste fácil , en el mundial de 500 de MotoCross Heidi Mikola…

Un domingo, volviendo de la Sierra , en la Casa de Campo nos cruzamos con dos chavales a lomos de una Montesa y una Bultaco…una Cappra y una Pursang, supe después que eran .Aunque hoy os pueda parecer increíble, al lado de la terminal del Teleférico, habia un circuito de Moto Cross. El de la Bultaco llevaba una camiseta negra y amarilla llena de agujeros y con el Pulgar Rampante de la marca en el pecho…mis padres sonreían viendo mi cara pegada a la ventanilla del coche, viendo aquellas motos …Días después encontré una camiseta como esa en mi cuarto…Obvio es decir, que paso a formar parte de mi “uniforme” a partir de ese día.

El largo verano transcurría, entre amigos, nuevas inquietudes, pandilla, chicas que empezaban a ser vistas con distintos ojos …

Había en mi pueblo, Pelayos de la Presa , una tienda de motos, pequeña, apenas 20 m2, en los que, sinceramente no se como, aparecían expuestas las motos que me hacían soñar…Minicross, Enduro, Cota, Sherpa, la novedosa Derbi TT, y la mejor de todas, destacando con su color amarillo y su nombre de guerra: “Cobra!!”

Cada día que pasaba por allí me quedaba embobado en el escaparate admirando aquellas maquinas, memorizando sus detalles…la Cobra destacaba con sus amortiguadores con la palabra mágica..GAS…

Y en cuanto podía, machacaba a la encargada y propietaria de la tienda, Felisa, con alguna cosilla para mi bici, aprovechando para preguntarla sobre tal o cual moto, pedirla pegatinas, y un dia conseguir mi tesoro mas preciado…un catalogo de la Puch Minicross Super…

Mi padre me miraba divertido y me preguntaba cual me gustaba…puf…Todas! Aunque en mis pupilas debía estar marcada la palabra COBRA, por que un día me dijo:

-¿Te gusta la Cobra?

Puf…creo que sentí miedo…mi padre me estaba preguntado si me gustaba una moto, ¿Qué tramaba?...mi respuesta ( siempre me arrepentí..)

-Uf…claro que me gusta , pero…, es demasiado grande y demasiado potente,…

Torpe!!!!!!!!

A los pocos días, después de comprar el pan…me encuentro con mi padre en la puerta de la Tienda…me acerco y me dice…- vamos entra, vamos a ver algo…

En ese momento, mi neurona comenzó a cortocircuitarse…ver algo? En la tienda de motos?...joder..si ahí solo hay…motos…

Con paso indeciso, entramos, y allí estaba Felisa, sonriéndome…y yo..sin atinar a decir nada…

-A ver muchachote- dijo-Te gusta la Minicross verdad?

-Err..si claro…

La Puch Minicross Super era el ciclomotor de moda en aquellos momentos…su imagen de mini Cobra superaba por mucho la rusticidad de la Rompehuevos…

-Pues mira, tenemos esta otra, que es mucho mejor…que te parece…? Me dijo señalando otra moto que estaba en la Tienda.

Por aquellos tiempos, los propietarios de la Tienda/taller habían conseguido la distribución de Peugeot y desde luego, que inundaron la zona de esas motos, no muy populares en otros lugares.

La moto en cuestión era el modelo SX5, un ciclomotor con hechuras de campo y que ciertamente, en esos momentos era a priori superior a la Minicross. Aletas de Plástico, pintura metalizada…y su secreto mejor guardado que aparecia por arte de magia después de la oportuna manipulación de un tornillo en la caja de cambios… 5 marchas! 5

Estaba tan confundido, tan nervioso..que lanzaba miradas a mi padre, a la moto, a Felisa…

-Papa, y para que tanta pregunta…??

-Hijo, tienes que elegir TU moto…

Puf…cuando recuerdo la sensación que me produjeron aquellas palabras…de repente, todos los esfuerzos estudiando, todos aquellos días mirando por el escaparate…

- Mi moto???- es…para mi?

Mi padre sonreía asintiendo..

Uf…mi moto…

Felisa nos dijo que aquella misma tarde podríamos recogerla. Obvio es decir que las 4 horas que pasaron desde ese momento hasta que a las 5 abrieron de nuevo la tienda fueron las más largas de mis pocos años

A las 5 de la tarde como un clavo estábamos allí. Sacamos la moto de la tienda, y Felisa me empezó a explicar como funcionaba. Estarter, descompresor, Llave de gasolina, Mezcla, sopral, 5 litros…palabras que pasaban por mi cerebro sin enterarme mucho…Hasta que por fin me dijo, hala arráncala..

El 11 de Agosto de 1978 a las 5 y 20 de la tarde por primera vez me puse al manillar de mi moto

Y allí comenzó todo…

El estreno, ya en casa fue glorioso. Después de enseñársela a mis amigos, arranco, voy a meter primera, la lazada de las zapatillas que se engancha en la palanca de cambio, y plof…al suelo…empecé mi colección de manetas rotas

Al día siguiente, yendo detrás de un amigo, frena de repente y yo, todo diligente y con el chip bicicletero aun funcionado, aprieto a fondo el freno delantero ( que realmente debía estar de adorno) y …el embrague…resultado que me como a mi amigo, e inicio también mi colección de bofetadas…

Durante aquel verano, con el recuerdo de las canciones de Fiebre del Sábado Noche como banda sonora, empecé a descubrir la libertad de desplazarme a cualquier sitio, el viento en la cara, el dolor de las caídas…

El resto de amigos de mi panda ya estaban motorizados, pero…ya empezaba a haber algo distinto entre su forma de entender la moto y la mia. Para ellos era un simple vehículo para desplazarse…Yo veía algo mas… En mi desconocimiento, comencé a sentir la reacción de una rueda cruzada cuando frenaba de golpe. En mi afán de descubrir, empecé a notar como la moto derrapaba cuando aceleraba inclinado en una curva sobre tierra. Y como había que girar el manillar en sentido contrario para controlar el derrape. Con esos básicos conocimientos, y mientras mis amigos pelaban la pava sentados en nuestra piedra favorita ( un descampado al lado de casa, “El Pino” yo aprovechaba el circuitillo que habíamos hecho para las bicicletas, para empezar a dar vueltas, intentando ir cada vez mas rápido…y así, seguía descubriendo cosas…como mantener el motor alto de vueltas, como abordar los saltos para caer con la rueda trasera, como si me subia al deposito podia girar mejor y mas rápido en curvas cerradas…

El verano paso…De nuevo un nuevo curso…y poco a poco, los días comenzaban a ser mas cortos y fríos… estaba entrando en mi primer invierno en moto.

Al mismo tiempo, comenzaba a aprender cosas de este mundo. Aunque el MotoCross y el trial me gustaban, a través de Motoverde descubrí en que consistía el TT, una disciplina que dominaba un Sr. que se llamaba Narciso Casas. A pesar de su complejidad, esa disciplina me engancho y leía todas las crónicas de carreras y pruebas de motos que caian en mis manos.

También empecé a interesarme por la mecánica. Conocer como y porque funcionaba a quellos 4 hierros con ruedas. La verdad es que en aquella época, la mecánica era una necesidad no un hobby, cuando te montabs en una moto

Con la llegada del invierno, y como regalo de Cumpleaños y Reyes, pedí unas botas y un casco. Con aquellas botas de 7 hebillas y el AGV de cross, me sentía casi casi un piloto de verdad…aunque, que difícil se me hizo conducir con un integral, sin “ver” el manillar.

Aquel invierno fue especialmente lluvioso...y yo seguía descubriendo cosas. El barro hacia que las ruedas agarraran mucho mas, lo que me permitía tumbar, frenar, con mas seguridad…Hum, mola esto del invierno…Y tanto que molaba,..

Como seguía devorando revistas, las imágenes de motos de trial, Todo Terreno, atravesando ríos eran de lo más habitual. Recuerdo una foto de Toni Gorgot reconociendo una zona marcada en un rió, armado de un palo y metido en el agua hasta las rodillas…

No era de extrañar que un sábado, después de una semana particularmente lluviosa, un cauce de la zona que suele bajar seco en verano, apareciese convertido en un proceloso torrente…esta era la mia…imitaría esas fotos que recordaba de las revistas…

Dicho y hecho m dispuse a atravesar la corriente…mi empeño duro lo que tardo la rueda delantera en desaparecer bajo el agua…obviamente, el resto de la moto y yo…fuimos detrás…Total, que allí me encontré en pleno invierno, con un frió del caballo..empapado hasta las orejas y con la moto criando salmonetes en las lumbreras…

Y como todo en la vida, en la moto también se aprende a Hostias…así que una de mis primera lección fue que no se debe cruzar un rió sin saber cuanto es de profundo…

Ahora mismo, escribiendo escribiendo mientras intento ordenar muchos recuerdos, montones de ellos se apretujan en mi cabeza. Cierto es que aquella adolescencia recién descubierta era un cúmulo de sensaciones, de búsqueda de nuevas cosas, de descubrimientos…y se hace tan difícil dar un orden a todo.

Pero como esto es un foro de TT, intentare no irme por las ramas filosóficas y trascendentales. Sigamos con la Historia de nuestra Protagonista.

Cada día estaba mas encantado con mi moto…y sobre todo con esa 5ª marcha que abrasaba a todos mis colegas…La horquilla que hacia tope en cuanto pillaba un bache de mas de 2 cm, el freno delantero que estaba de adorno, el trasero que en cuanto olía el agua pasaba a hacerle compañía, las perlas y los chicles sucios cada 2x3, eran pequeños detalles sin importancia…

A los pocos meses, empecé a sentir lo que sienten muchos colegas del foro con sus 125…los 2 CV de aquel motorcillo empezaban a no ser suficientes…las aceleraciones ya no parecían tan fulgurantes como al principio, las trialerillas por las que me atrevía a meter necesitaban algún que otro CV aportado por mis piernas, en forma de remada…Así mismo, las estrechas ruedas de trial se pinchaban mucho y agarraban poco…

Para solucionar estas carencias, empecé a tirar del “power Parts” de la época…Lo de las ruedas tenia fácil solución, …previa “negociación” con mi Padre…las Michelín Trial, fueron sustituidas por unos agresivos neumáticos de cross…Uf…vaya cambio, la Peugeot empezaba a parecer una moto de verdad…

Lo malo fue que los dos CV, lastrados por la nueva 3.50 x 18 trasera, se hacían aun mas escasos…había que hacer algo…

Como no, Felisa tenia la solución…en forma de un cilindro de 74 + Amal de 20 + Tubarro…pero claro…12.000 pelas de la época eran muchas pelas…y mi padre no sponsorizaba aquello…Tendrás que buscarte la vida hijo…me dijo sonriendo…

Y vaya si me la busque…Unos meses ahorrando las pagas, cumpleaños y extras, una negociación con mi tienda favorita ( allí empezaron mis trampas con ellos) y una optimización del Kit (dejaríamos el tubarro para mas adelante…) y por fin, una tarde, mi moto bajo del taller subida en un remolque con el 74 montado..

Ese es otro de esos recuerdos que permanecen en mi mente. Por algún motivo, la moto bajo del taller en un remolque en vez de en la furgoneta habitual. El remolque lo reservaban para las motos gordas, pero ese día, allí estaba mi moto, en lo alto, con sus ruedas de tacos y el carburador Amal mucho mas grande que el D´llorto 12 …Uf…

Cuando la arranque, el ruido de lata de ciclomotor había cambiado por un ruido mucho más metálico y agresivo. En vacio subía de vueltas con mucha mas rapidez y las vibraciones eran mucho mas elevadas…Hay dentro deben haber puesto TNT, pensé..

Y tanto!!!. Nada mas soltar el embrague aquello salio disparado hacia delante…Madre mia…que habrán hecho aquí?? Me habían advertido seriamente sobre el rodaje. El motor esta nuevo, hay que rodarlo, mas aceite y poco gas durante 5 depósitos…

Seguí esos consejos al pie de la letra…el rodaje iba a ser para el motor…y para mi…tenia que acostumbrarme a ve pasar los pinos mas deprisa…

Los 5 depósitos se consumieron rápido…jobar, el amal 20 parece un sumidero....y por fin un día, le di gas a fondo…

Ahora no os riáis…Cálculo que con el 74, el tubarro y una carburación perfecta, La Peugeot andaría por los 7 CV. Bueno, cuando aquel di enrosque a tope el acelerador, tuve una sensación de potencia, de descontrol sobre lo que llevaba..que pocas veces he vuelto a notar después de 30 años de moto-…Que gozada!!!!!!

Escribiendo estas líneas, no tengo mas remedio que sonreír, pero creedme que aquella sensación de potencia me embriago…ver como la rueda escarbaba el suelo, como un golpe de acelerador levantaba al cielo la rueda delantera...era para un chaval de 15 años una experiencia “orgásmica”

Por aquellos entonces, ya me había picado la curiosidad de saber como funcionaba un motor y en general todos los componentes de la moto, poo lo que uno de mis regalos de Reyes fue un Arias Paz que todavía anda por casa y que incluso consulto de vez en cuando.

Previo a esos estudios ya había hecho alguna de las mías, cuando desmonte el cilindro para eliminar carbonilla, según había leído en un consultorio técnico de una revista. A la hora de montarlo, como los segmentos no dejaban entrar el pistón dentro del cilindro, no se me ocurrió otra cosa que armarme de mi herramienta favorita, un mazo del 7 y liarme a martillazos hasta que aquello entro…obviamente, entro… con los segmentos hechos trizas…en fin,

Una vez montado el 74, los problemas de potencia desaparecieron ( temporalmente…) pero empezaron otros motivados por ese aumento de CV. Los frenos, escasillos con el 50, eran alarmantemente insuficientes. Ahora, la horquilla hacia topes cada 2x3, los amortiguadores traseros solo tenían de tal el nombre…Todo esto unido al agrupamiento de los chavales mas quemados del pueblo en torno a una misma pandilla que nos introdujo en el mundo de las carreras “piratas” (asunto que ya detallare en otra “Batallas del Abuelo”), genero el inicio de mis coqueteos con la ingeniería…

A principios de los 80, se produjo la revolución en los componentes de las motos de campo, que evoluciono en muy poquito tiempo a sentar las bases Standard de lo que hoy son nuestras motos.

En nuestro pequeño universo de ciclomotores y fines de semana, leíamos atónitos como unos extraños sistemas con un solo amortiguador, iban desplazando a los clásicos dos amortiguadores…y como no…porque no buscar soluciones así a nuestras pequeños “hierros”

As, que los cuadernos del cole, se llenaron de dbujos, acoplando nuevas soluciones…intentos que lógicamente chocaban con la triste realidad. De falta de conocimiento , medios y dinero para realizarlo…aunque sobre el papel, la Peugeot SX5- CAntilever tenía una pinta cojonuda…

Como todo aquello solo era teoría, la practica fue mas directa…, una tarde tire los amortiguadores de serie a la basura e invertí el primer billete de 5000 pelas que había conseguido ahorrar, en una pareja de Betor Gas con los que alucinaba como si fuera un Ohlins de esos que nos ponen cachondos en el S XXI..

El aceite de la horquilla fue cambiado por un SAE 30, que minoro en gran medida los topes ( los topes y cualquier otra cosa, claro,..aquello ni se movia, pero bueno)

Y los frenos fueron pasados por la lija del 7, y modificando el ataque de la leva en el caso del delantero…

Bueno…aquello ya era otra cosa…o al menos eso me parecía…LA guinda del pastel, fue la evolución de la geometría de la amortiguación trasera…avanzando los anclajes de los amortiguadores al basculante, y bajando el anclaje superior, consiguiendo una geometría tipo Cappra VG bastante convincente…( Optimista que era uno…)

Ya metidos en faena, solventada la parte tecnica, un repasito estetico, eliminado el color verde original por un blanco inmaculado en deposito, chasis rojo y basculante color aluminio, acabaron por convertir la SX5 T ( T de trail) en la SX 75 TT, según proclamaba orgullosas las letras adhesivas que coloque en las tapas laterales…

Podría seguir horas hablando de aquella moto…aunque realmente, pensándolo bien, de lo que podría hablar, seria de aquellos años de adolescencia…pero no quiero aburriros…como anécdota, recuerdo el “power Parts” para las carreras, que consistía en la eliminación de faro y piloto, placa porta números fabricada a base de culo de cubo de plástico, piñón de ataque de 13 ( el de 50 cc) y una carburación radical a base de tornillo de aire cerrado a tope para enriquecer la mezcla…y que hacia que la moto solo funcionara a tope de acelerador…así daba la impresión de andar mas…Como veis, totalmente profesional

Entre 1980 y 1982, con mi Peugeot, crecí, viví cosas nuevas, me inicie en este deporte que años después me sigue apasionando y sobre todo aprendi muchas cosas como persona. Mi padre me enseño que aquella afición tenia un coste que si quería conservar, debería aprender a afrontar con mis propios recursos…igual que pasaba en la vida “real”

Aprendía a montar en moto, a suplir los defectos de la maquina con tecnica, aprendí mecánica, aprendí a solucionar problema sobre la marcha, aprendí economía, a

Unos años después, aquellos cuatro hierros que habían asolado los caminos pelayeros, conoció el asfalto de Madrid, y se reconvirtió en una tranquila ciudadana que me llevaba a Somosaguas a estudiar en la facultad, aunque muchas mañanas cuando nadie nos veía ( no se lo digáis a nadie) en vez de la carretera de Pozuelo, Atravesaba la casa de campo, por uno senderos que localice…para salir a la tapia de Somosaguas y al Antiguo Circuito de Humera, hoy reconvertido en un parquecito…Mis colegas de clase me preguntaban porque traía esa sonrisa…y yo les contaba…por nada, por nada…mientras limpiaba mis zapatos de polvo…

Cuando empecé a ganar mis primeras pelas, una moto “de verdad” con monoamortiguador, agua, disco, 45 CV… la sustituyo en los caminos. Con miles de Kms en su maltrecha biela, poco a poco fue quedando arrinconada en el garaje. Un día que la saque a pasear, su cigüeñal se canso de moverse. Y desde entonces descansa, apoyada en una pared, cubierta de polvo…Aunque siempre que bajo del caballete mi KTM para salir a hacer TT, le hecho una mirada cómplice.

Mañana, 11 de agosto mi motillo cumple 30 años…los mismos que llevo metido en este mundillo… Sirva este tocho de pequeño homenaje.

¡Ole, ole y ole!

Como me gustaria haber vivido en esa epoca (solo en el tema de las motos), de hierro y carbonilla, con ese olorcillo a aceite que es gloria y "la libertad" que permitia ese pequeño gamberrismo inocente, por llamarlo de alguna manera.

Gracias por la cronica.

:D :D :D :D :D :D :D :D :D :D

¡Muy bueno Kidnirafa! Me lo he pasado en grande leyendo tus vivencias (hay mucho paralelismo con las mías :wink: ...)

Muchas gracias por compartirlo con nosotros.

Que tiempos. Fantástico relato.

Basicamente yo empezé en la misma época. Estuve valorando durante bastante tiempo la compra de la Peugeot antes de decidirme por la Mobbycross. Fué la primera vez que tuve algo a mi nombre. Unas 45.000 pelas me costó. Casco nunca tuve hasta que me compré la H6.

Al lado de mi moto, las Minicross y las Diablo me parecían piezas de museo.

Gracias por recordarme aquella época.

Por cierto, el finlandes de la Yamaha cantilever se llamaba Heikki. Heidi era otra :wink:

buena redacion si señor, me ha gustado jajaja

precioso relato

no me lo creo ni yo,me lo he leido todo jaja

buen relato!!!!!!!

Que tiempos aquellos :lol: :lol:

Efectivamente, en la Casa de Campo había un circuito de motocross. Recuerdo una carrera patrocinada por el Corte Inglés. Sí, sí, el CI patronicaba las carreras, lo hacía en Madrid, en Bilbao..., igualito, igualito que ahora, que cosas.. y que mayores estamos algunos :wink:

Saludos

Buenisimo relato Rafa, casualidades de la vida (tengo un año más que tu,je,je) aprendí a montar en moto con una Peugeot SX5 de mi primo, y que razón tienes, ¡como molaba lo de las 5 marchas!, me has recordado una epoca preciosa, montarte en una moto, no era ni por asomo lo que es hoy, la ilusión y las ganas eran otras.

Espero ansioso la segunda parte.

Muchas gracias y un abrazo tio.

Joder, que bien escrito, se me han saltado hasta las lagrimas, por que e algunos parrafos, me he reconocido. A mi padre desgraciadamente, las motos, como que no, y yo estaba enamorado de la Derbi TT8, pero después de algún tiempo, por Navidades, me estaba esperando una Derbi RD50.

Fueron las mejores navidades de mi vida, y la única que de verdad he sentido que fueron mágicas. No me lo esperaba, y entonces, hasta dudé si de verdad los Reyes Magos no existían...

Mas de uno nos sentimos identificados con algunos recuerdos.

Sobre todo cuando pusiste el 75. A mi me paso lo mismo al cambiar de una derbi rd50 a una cobra 75, yo pensaba para que mas motor, aquello me impresionaba.

De todas formas, no creo en lo de cualquier tiempo fue mejor, sobre todo mecanicamente hablando, donde este una moto actual que se quite cualquier otra.

Vaya tocho mas interesante ¿para cuando la continuacion?

Alucinante relato, yo soy un poco mas joven , empece con 7 años y una OSSA TR de mi primo en el 82..., el me la arrancaba y yo le daba ...que tiempos.

Luego compro una PUCH COBRA M-82 refrigerada por agua y ahi pense que esto era lo mio. Las sensaciones aquellas no las he logrado tener con nada ni con nadie (con la ropa puesta,claro)

ya se puede sentir orgullosa tu moto con este homenaje, creo que casi todos tenemos esperiencias muy parecidas, las mias 7 años mas tarde me lo parecen, y esa sensacion que tu tuviste con el trucaje, yo la tube y la recuerdo como el primer dia, en 1989 cuando un amigo me dejo su mr 80 para subir a casa con mi hermano detras (yo pase de la mobilette de mi hermana a la rieju de 50 que entonces tenia)..............en segunda acelero a tope y parecia que volava, en tu caso a ahorrar paga, en el mio que no tenia de eso, a mi primer curro asegurado, despues de la yerva del verano, septiembre a currar en nestle, luego a apañar manzana.........en fin, recuerdo amenudo aquella sensacion de la mr que por lo que describes se parece enormemente a la que tubiste con el trucaje y que tampoco he vuelto a tener tan intensa-emocionante con ningun otro vehiculo, a los viejos nos estas haciendo recordar momentos irrepetibles.

que disfrutes las vacaciones, saludos

Muy bueno Kidnirafa :wink: ,gracias.

A mí también se me enganchó el cordón de las zapatillas en la palanca de cambios :lol: . Ahora me sigue pasando pero con los pedales modernos de la bici, que tortas más tontas :lol: .

Yo pasé de la minimarcelino a la 75H6 con trece años, me salté la minicross, había pegado un buen estirón y llegaba de puntillas en la enduro,nos ahorramos el paso intermedio,así que imagínate el cambio. :D :D

Yo también me acuerdo del día de la compra en A.Ortiz de Marbella y cuando la llevaron a casa en una furgo, ¡qué emocionante!. :D

Gracias de nuevo joven :D

MAE MIA!!!!!!!!!!! queremos mas!!!! eres un fenomeno. 8O :P