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Las Batallas del Abuelo Cebolleta V: SWM ´80 vs KTM ´ 09

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UNA COMPARATIVA EN EL TIEMPO: SWM TF1 347 ´80 vs KTM 300 EXC ´09

El mes de agosto transcurría cálido y seco, como por otra parte es habitual en nuestra carpetovetónica zona, pero el bochorno acumulado de los últimos días, había generado una de esas típicas tormentas de verano. El Todo Terreno había quedado arrinconado desde las últimas lluvias de mayo, sustituido por las rutas de bicicleta. Tres meses sin recorrer las trialeras y senderos habituales habían hecho crecer el mono de moto, contrarrestado en parte por la idea poco excitante de tener que ponerse encima toda la parafernalia de protecciones y equipo con temperaturas superiores a 30º

Pero durante la noche, la tormenta eléctrica y el agua, refrescaron el ambiente y mojaron tierra. Así, la mañana del martes 10 de agosto se levanto fresca, con olor a tierra mojada y las nueves cubriendo el habitual cielo azul de la Sierra.

Falto tiempo para quedar con dos de mis habituales colegas de salidas. Aprovecharíamos el fresco de la mañana para volver a nuestras habituales andadas invernales, aunque fuera solo por un par de horas antes de que el calor nos devolviera a la cálida realidad del mes de Agosto.

Con esta idea, me desperté a las 7.30 y después de desayunar, me vestí, prepare la moto y me dispuse a recorrer de nuevo los caminos, maquillados con el tono oscuro con el que el agua transforma los resecos granos de tierra.

Como mis colegas son vagos de por si, hasta las 9 no habíamos quedado en nuestro punto habitual. Como eran las 8 y ya me encontraba listo, decidí que saldría a dar una pequeña vuelta por los alrededores de mi pueblo, para calentar y tomar de nuevo un poco el tacto a la moto, después de 2 meses de parón forzoso.

El día, después de la noche de tormenta continuaba gris y plomizo. Los 17 grados eran una temperatura incluso fresca, acostumbrados a los rigores del calor estival. Después de arrancar la 300, a la 2ª patada, sin problemas, me encamine por aquellos senderos tan conocidos y recorridos que hasta las piedras me saludaban. Aunque al principio me encontraba raro, poco a poco iba recuperando el tacto habitual, aunque la moto, como siempre me ocurre después de cierto tiempo sin montar, parecía que volara con vida propia por encima de las piedras.

El olor a tierra mojada y la atmosfera, fuertemente ionizada por la tormenta, me rodeaban, mientras el sonido grave y apagado del tubarro, iban creando de nuevo esas sensaciones que llevan tantos años haciéndome desear montar en moto cada fin de semana. Por encima de mí, las nubes de tormenta, lejos de disiparse con el calor de la mañana, se hacían más negras por momentos. A Muchos metros de altura, dentro de las masas de vapor de agua, se adivinaban resplandores que denotaban el fuerte aparato eléctrico aun contenido dentro de ellas.

Así, sin previo aviso, comenzó a descargar de nuevo la típica tormenta de verano en la que cada gota parece contener 2 litros de agua, al mismo tiempo que sobre las cumbres cercanas se veían las líneas quebradas de los rayos. Era una circunstancia extraña, pero bueno, el tiempo está un poco loco me dije.

Como la lluvia se volvía torrencial por momentos, me refugié bajo un pequeño túnel que bajos la carretera, atravesaba la circunvalación de mi pueblo, inaugurada hace poco. A cubierto de la lluvia, note como el día se iba oscureciendo por momentos y los truenos cada vez más fuertes y cercanos, me hacían pensar que nuestra salida se iba a fastidiar antes siquiera de haber empezado.

Lo cierto es que nunca antes había visto una tormenta de ese calibre en esta zona…Un preocupante ambiente eléctrico me rodeaba y me hizo plantearme lo adecuado de mi ubicación. Por precaución avance hasta el centro del túnel, separándome de los extremos abiertos en previsión de cualquier incidente…Uf...eran ya las nueve y aquello no tenía pinta de parar…Bueno, mis colegas seguro que están a cubierto en casita, mientras yo aquí, en mitad de un tubo en el que no puedo ni ponerme casi de pie…

De repente, casi como empezó, la lluvia ceso, deje de oír truenos y un rayo de sol ilumino el oscuro pasadizo. Arranque la moto, recorriendo los metros que me separaban de una de las entradas y para mi sorpresa, el día se había transformado en una esplendida mañana de cielos intensamente azules, aun con las gotas de lluvia haciendo brillar las espinas de los pinos.

Estaba realmente desconcertado…apenas hacia un minuto llovía intensamente, tronaba, era un día de perros con todas las de la ley y ahora estaba completamente despejado y el sol brillaba radiante…

Bueno, será cosa del cambio climático ese, me dije tras lo que metí primera y me encamine a nuestro punto de encuentro, en la salida del pueblo. Bajando por un sendero que cruzaba nuestro antiguo circuito de motocross, hoy prácticamente invisible después de años sin ser utilizado, lo que vi allí me hizo detener bruscamente la moto. Una semana antes había pasado por allí en bicicleta, costándome reconocer el trazado de aquellas curvas que, de chavales, llamábamos “Las eses del Mehari”. Ahora, aquel trazado que recordaba de pasar a fondo con las 75, tirándonos a los peraltes, izquierda, derecha, izquierda, aparecía perfectamente marcado, con sus dos trazadas claramente visible y con huellas recientes de una moto…Joder…no es posible…

Por curiosidad, abandone el sendero y seguí el trazado del circuito...a medida que lo recorría, lo veía perfectamente marcado, con sus peraltes, sus bañeras, sus trazadas…tal y como lo recordaba...30 años atrás.

Uf si no fuera por el Seprona y compañía, era para hacer de nuevo alguna carrera pirata de las que montábamos, pensé…

Un poco flasheado retome el camino que me llevaría hacia las urbanizaciones y de allí al pueblo. A medida que me acercaba, me llamo la atención los coches aparcados…Seat 127, 124, 131, algún 600, Renault 12, 5, 4 latas coño ¡un Gordini!, Citroen 2CV, GS… pero bueno, que pasa aquí, ¿hay alguna concentración de clásicos y no me enterado?

Llegando ya al pueblo, me cruzo con una moto llevada por una chica, sin casco con una bolsa al manillar…Es una Sherpa azul y se la ve impecable…

Sigo viendo coches que parecen sacados de Cuéntame… Me cruzo con varias motos…2 Minicross, una Cobra, una Cota 348…Pues va a ser verdad lo de la concentración de clásicos…pero…Lo curioso es que no he visto aun ningún coche moderno.

Paso al lado de dos chavales que se me quedan mirando y ponen cara de sorpresa…bueno, veo que no me miran a mí, es más bien a la moto.

Por fin llego a nuestro punto de reunión. Alredededor solo hay coches antiguos…Motos antiguas… me siento confundido, cuando paro la moto en la rotonda de “Los Rosales” pero, no hay rotonda, solo un cruce de calles, lleno de arenilla…En la esquina de una de las calles hay un garito que, en grandes letras pone “ Disco 80”…

Joder…esto es como una locura… ¿Irán a grabar alguna película ambientada en los 80?

Apoyo la moto sobre la pata de cabra. No se ve ni rastro de mis colegas. Joder, a ver si ellos saben algo de todo esto. Saco el móvil de la riñonera…No hay cobertura…

Me siento realmente confundido…los chavales que antes se quedaron mirando la moto cuando pasaba a su lado, se acercan corriendo y se detienen frente a la moto, hablando entre ellos

- Jo tío, es total, que pasote ¡!!

Sonrío mientras me quito el casco…pensando que tampoco es para tanto…

- ¿Que marca es? - Me pregunta uno…

- Una KTM- respondo.- ¿No la conocéis?

- Bueno, si, de las revistas que compra mi hermano mayor, contesta. Pero nunca habíamos visto una de verdad- ¿Dónde tiene los amortiguadores?

- Oye… ¿y ese casco que llevas? Parece el que llevan los malos de la Guerra de las Galaxias”

- jajajaja, me rio. ¿El de los Soldados Clon?

- ¿¿¿Soldados que???

¿De dónde se han escapado estos? pienso mientras consulto de nuevo la cobertura del móvil. Nada, ni una puñetera barrita.

- ¿Tenéis cobertura en el móvil? Pregunto al grupo de chavales que siguen rodeando la moto y hablando entre ellos. Uno se gira, me mira

- Tío, ¿en qué idioma hablas? ¿Qué es “cobertura”?

-

Bueno, esto empieza a parecer una broma. Miro alrededor sin encontrar y solo veo coches antiguos. Me llama la atención que la gente va con camisetas muy ajustadas, pantalones de deportes muy cortos y vaqueros muy ajustados.

Realmente esto es extraño.

- Os preguntaba si alguno tenéis teléfono móvil y si os funciona- Pregunto mientras les muestro mi Nokia.

-

Uno se acerca, mira extrañado el teléfono

- ¿Eso es un teléfono?

- Sí, claro. Bueno, no es que sea el último grito, pero es pequeño y ligero...

- ¿Y puedes hablar con él? ¿Cómo si fueras 007?

- Bueno, 007 o cualquiera. Todos tenemos uno. Por eso estoy intentando localizar a mis amigos, pero no hay manera.

- Jo tío… ¿De dónde vienes?

- Coño, pues de aquí al lado. Veras, había quedado con ellos para ir a hacer enduro, pero no se ha presentado ninguno.

- ¿Enduro? Esa es la Ossa Blanca y roja o la Montesa 360, no?

- Bueno, si también…

-

Mientras hablamos, veo pasar muchos chavales en moto, todas igualmente sacadas de la noche de los tiempos. Me extraña no ver ningún scooter lleno de plástico a los que tan aficionados son los adolescentes de hoy.

- ¿Sabéis si hay alguna concentración de vehículos antiguos hoy.?

- ¿Antiguos? Yo no he visto ninguno. ¿Por qué lo dices?

- Bueno, mirad alrededor…No hay un solo coche moderno. Y las motos igual. Solo veo Cotas, Minicross, Cobras…

- Toma, claro…que quieres. De todas formas, hay un grupo que queda todos los sábados aquí y esos sí que tienen unas motazas...seguramente hoy vienen.

Sigo escuchando al chaval, pero como de fondo, mientras observo alrededor. Noto que hay algo extraño, que no se limita a los coches, motos o ropa que lleva la gente. No es un atrezzo propio de una concentración…parece como si fuera la realidad misma.

Despidiéndome de los chavales, arranco la moto para dar una vuelta por el pueblo. Encuentro calles sin asfaltar, gente cogiendo agua de la fuente en garrafas, casas antiguas. Me paro frente al Bar de “Luis, el Comunista”.- Pero…si esta casa la derribaron hace 25 años para hacer un supermercado, ¿Cómo es posible?….Una pintada en un muro proclama “La 81 es la que más mete!”…

Miro al otro lado de la calle, donde está la oficina del Banco de Santander…pero, en vez de los típicos carteles rojos corporativos, veo un escaparate, y dentro, un montón de motos…Joder, no es posible.

Me bajo de la moto y me acerco al escaparate. Al otro lado del cristal, un montón de motos, manillar con manillar, se apretujan en los escasos 20 m2 del local. Miro a través y distingo una Cota 349 blanca, Derbi C6 , Cota 123, Minicross, Super Pioneer, Hostias, una Cobra Monjonell Replica!

Me siento en los escalones de acceso…mirando alrededor, totalmente descolocado. Alzo la mirada y veo el Kiosco de periódicos…igual que estaba hace 30 años…me acerco. Colgado en la puerta está la prensa del día: ABC, el País…Diario 16, Informaciones, Pueblo, El Alcázar….

Joder, joder, joder. Leo las noticias de portada. Hablan del presidente Suarez, de Reagan, de la URSS…La fecha en todos ellos es 10 de Agosto de 1981…

- Joven, ¿le pasa algo? Me pregunta la Kiosquera - parece que hubiera visto un fantasma

- No señora, pero en lo del fantasma, no le falta razón…

-

Bueno, Rafa, tranquilízate, me digo. O esto es una conspiración que ríete tú de la de Kennedy, o estoy soñando o estoy en medio del Experimento Filadelfia II…

¿Sera posible que haya retrocedido 28 años en el tiempo? Recuerdo la extraña tormenta eléctrica y empiezo a recordar teorías acerca de vórtices temporales, agujeros de gusano, relatividad del espacio tiempo y otras típicas historias que bordean la Ciencia ficción.

La moto vuelve a estar rodeada de curiosos. -Bueno, si en verdad estoy donde estoy, la gente debe pensar que eso es un OVNI, no una KTM 2009.

- Oye, ¿cuanto corre? – me pregunta uno – Vaya, hay preguntas que son una constante a través del tiempo. Estoy por preguntarle cual es su Nick en el Foro, pero lo dejo correr.- 120 más o menos, le contesto

- Buah, la 360 del Esteban se pone a 140 como si na…mucha pinta, pero poca chicha...

- Si, si claro – contesto mientras arranco sin tener muy claro dónde ir.

-

No sé porque extraño sortilegio, en vez de estar tranquilamente disfrutando de mis vacaciones en Agosto de 2009, me encuentro en 1981, en mi pueblo, vestido como un astronauta a los ojos de la gente y con una moto que deben pensar que es la de Luke Skywalker .

Bueno, y si en vez de volverme loco pensando que ha pasado, no aprovecho este suceso para ver eso que muchas veces hemos comentado en nuestras tertulias moteras. ¿Qué pasaría si pudiéramos trasladarnos con nuestras motos a x años atrás? Ahora tengo la oportunidad de comprobarlo y observarlo…Recuerdo que los chavales con los que estuve antes, comentaron que había un grupillo que salía desde el mismo sitio donde había quedado…Quizá, después de todo, no este mal todo esto.

Meto primera y regreso a la rotonda. Según me acerco, observo 3 motos. Una MK11, una 360 H6 y otra, totalmente naranja…vaya, lo del naranja no es una moda del Siglo XXI. Es una SWM 347 TF1. Tiro de mi archivo de recuerdos. Por aquellas calendas, las SWM dominaban los campeonatos de Europa de Enduro, perdón TT, en dura lucha con KTM, Maico, MZ…Las marcas hispanas reculaban y se limitaban al mercado nacional, perdiendo el tren de la evolución que les llevaría a la tumba. Las motos de importación empezaban a conquistar poco a poco el espacio que por prestaciones no podían cubrir nuestras queridas marcas.

A España llegaron poquitas y prácticamente todas para gente que competía, debido a los altos precios generados por los aranceles a las importaciones. Estaban muy por encima de nuestras Bultacos y Montesas, envueltas en la crisis que llevo a la práctica desaparición de las marcas españolas.

Detengo la moto al lado de las otras y veo como tres personajes salidos de la época de Narciso Casas se acercan…Bueno si de verdad estamos en 1981, eso es la indumentaria normal…Pantalones Mototecnica, Clice o simplemente unos vaqueros viejos. Botas Clice, unas Alpinestar con refuerzo de aluminio en la espinillera. Camisetas de agujeros con los la M de Montesa o el dedo rampante de Bultaco grabado en el pecho. De los manillares cuelgan unos cascos jet, Climax y AGV, junto con unas gafas con mascarilla incorporada…

- Er…hola soy Rafa. Me dijeron que salíais a montar desde aquí. Os importa que os acompañe?- se me ocurre decir a modo de presentación. Si les digo “hola soy Rafa y vengo del Siglo XXI” me mandan a los loqueros así que de momento, lo dejo estar.

Pasan de largo sin decirme nada, caminando directos hacia mi moto…La rodean, la miran…cuchichean entre ellos.

- Ejem, Ejem…, Hola - digo otra vez

- Hola, que tal… perdona, pero estábamos alucinando Oye, ¿que es esto? ¿De dónde has sacado esta moto…? ¿Que marca es?

-

-Hummm- A ver como lo explico…- Sobre la marcha se me ocurre una película de indios con la que intento salir como puedo del atolladero.

- Bueno, es un prototipo de KTM- se me ocurre decir. - Veréis, un primo segundo de mi tía Clotilde emigro hace años a Austria y resulta que trabaja en KTM. Como este año se vino de vacaciones a España y conocedor de mi afición al TT, se le ocurrió traer algo que estaban evolucionando por allí para que les diera una opinión de aficionado. Resulta que en Austria está muy jodido lo salir al campo a montar y bueno…eso es..

La verdad es que debió sonar igual de convincente que si les hubiera contado que había sido abducido por extraterrestres, pero estaban tan absortos contemplando la EXC que tampoco hicieron mucho caso a mi explicación.

- KTM…Sí el Marsi está empezando a importarlas, pero no se parecen en nada a esta. –Joder, ¿ habéis visto los frenos de disco? Vaya cacho Horquilla…

- Y los amortiguadores, donde están?

- No lo ves, bajo el asiento? es uno de esos sistemas con un solo amortiguador que están probando los Japoneses

- Hostia! Si lleva radiadores! Refrigerada por agua.! Que pasote…

-

Mientras seguían dando vueltas y haciendo comentarios entre admirados e incrédulos acerca de mi moto, me acerque a observar la SWM. Las motos españolas las recordaba y había visto en muchas ocasiones, pero nunca antes había tenido tan cerca una de las motos de aquella pequeña fábrica italiana de tan corta pero intensa vida.

Obviamente, a los ojos de un aficionado del Siglo XXI, la moto se veía obsoleta y anticuada, pero al lado de las otras dos motos españolas, se sentía como mucho mas evolucionada y agresiva.

Por encima de todo, destacaba su motor, pintado completamente en naranja. Los cárteres eran realmente pequeños para lo que se estilaba entonces mientras que el cilindro, profusamente aleteado destacaba por lo contrario, buscando la mayor evacuación de calor posible.

Llama la atención el tubarro de bufanda, que se adapta al chasis y al motor para estar lo más protegido posible de los golpes. La panza era realmente pequeña, en especial si se compara con el trombón que lleva la KTM. El típico Bing 38 alimenta el motor de 350cc a través de un sistema de admisión mixta, por láminas y falda de pistón. Ya entonces se buscaban los bajos y la facilidad de uso de motores que eran muy explosivos pero poco aprovechables.

El chasis, monocuna desdoblada a la altura de la salida del escape, pintado también en el mismo color naranja del motor, se ve sencillo , pero robusto a la vez. Los amortiguadores traseros, unos Betor GR de botella separada, con una ligera inclinación hacia delante, anclan hacia la mitad del basculante , el cual se dobla en ese punto, según la moda de la época, con el objeto de no aumentar demasiado la altura del conjunto a pesar de la constante carrera que habían tomado los recorridos de las suspensiones, creciendo año tras año. Esa geometría comenzaba a estar un poco superada, ya que daba mejor resultado inclinar los amortiguadores, lo máximo posible, intentando llegar a los 45º, siempre en búsqueda de una mayor progresividad. El recorrido se fija en unos 270 mm

La suspensión delantera se confia a una horquilla Marzorchi de eje centrado y 35mm de grosor de barras., muy habitual en el TT de la época. Con ella se obtenían mejores resultados en las cerradas curvas de las cronos, según decían los expertos. El recorrido ronda los 260 mm

.

Los frenos, siendo la moto italiana, no pueden ser otros que los Grimeca, de tambor , por supuesto. La tecnología del disco, aun ya muy probada en carretera, no ha llegado aún al campo ya que con la técnologia de entonces, era difícil encontrar el balance entre potencia y progresividad.

Los plásticos, los firma Acerbis que ya era el especialista que es hoy en todo lo referente a carrocerías. La flexibilidad no parece ser su fuerte, al menos comparado con lo que conocemos hoy. El guardabarros delantero, junto con el pequeño porta faros, dan una imagen muy personal a la moto, alejándose de los componentes Standart que montan otras marcas contemporaneas.

El depósito de plástico transparente y con la típica joroba que se popularizo a principio de los 80, resultaba excesivamente largo aunque aseguraba una buena autonomía al sediento Rotax.

Muy característico también el guardabarros trasero, con su parte superior plana para llevar las cámaras de repuesto, sujetas con gomas a la cola del chasis, que incorpora un par de ganchos donde sujetarlas.

Mientras mis nuevos colegas seguían absortos mirando y requetemirando la KTM.

– ¿Te importa que nos subamos?

– No, por supuesto, conteste

Estaba siendo testigo de cómo habían evolucionado las motos de enduro en 30 años.

Mas allá de las cosas obvias, referidas a sistemas de suspensión, frenos, motores, Materiales… lo primero que llama la atención es la evolución en la geometría del chasis.

Aun con una distancia de ejes similar, los parecidos acaban ahí. El basculante de la KTM es unos 10 cm más largo que el de la SWM. Esto condiciona el resto de la estructura del chasis, ya que por este motivo, el conjunto del motor y el reparto de pesos, se traslada radicalmente hacia delante.

De la misma manera, el Angulo de la dirección es mucho mas abierto que en la KTM, hecho que es fácil comprobar a simple vista. LA horquilla de la SWM se ve mucho mas “lanzada” . Que parece una chooper, vaya.

EL chasis aparece envolviendo al motor en la moto austriaca, mientras que la SWM está mucho más deslavazado, da la sensación que pretende unir piezas sueltas, aquí y allá.

El resultado es una concentración de masas en el entorno del centro de gravedad en la KTM que redundara en una manejabilidad y estabilidad infinitamente superior.

Uno de mis nuevos amigos estaba subido en mi moto y contemplaba su gesto de asombro por el tacto de las suspensiones…Tío, esto es un colchón- me comenta.

- Si tú supieras lo que dicen por ahí de la mierda de las suspensiones de la KTM…

- ¿Cómo?

- No, nada…Solo que solo funcionan bien si regulas bien el SAG…

- El SAG…Jo lo siento, no hablo alemán… que es eso?

-

Ya la lie…- nada, no tiene importancia… Oye, puedo subirme a la SWM?

- Si claro.

-

Bajándola del caballete, porque por aquel entonces y hasta no hace mucho las verdaderas motos de TT llevaban caballete, no pata de cabra, comencé a tantear las suspensiones.

El SAG…Bueno, en los 80 esas cosas eran simplemente desconocidas para el todoterrenero de a pie. Lo cierto es que la SWM , altísima subida al caballete, seguía siéndolo una vez bajada de él. Me subí encima…y las suspensiones cedieron solo un poquito, apenas nada comparado con los 100 mm a los que estaba acostumbrado en las motos modernas…era como sentarte en una tabla.

A los mandos, la posición es realmente curiosa. El manillar se ve allá lejos, muy alto y abierto de puntas. El depósito impide acercar el cuerpo hacia la pipa de dirección, como hacemos actualmente. El lanzamiento de la horquilla es brutal y la rueda se siente muy delante, demasiado para confiar en ella en los apoyos. Pero el pánico aumenta cuando compruebo como la unión a la misma se hace a través de los dos finos palillos de 35 mm que son las barras de la Marzocchi. A los ojos de hoy, esa es la percepción, pero hace 30 años, esta era una de las mejores horquillas que se podían montar en una moto de TT. Siguiendo con el tren delantero, llama la atención el setup de las tijas, que debe rondar los 55 mm. Espeluznante, comparado con los 20mm de la KTM. En cualquier caso, es la única manera de que la moto gire, a pesar del lanzamiento de la dirección. Si no, sería tarea imposible.

Continuando con los mandos, el tacto de freno y embrague a pesar de ser duro, no parece malo, al menos en parado. El acelerador sí que se siente áspero, seguramente por el muelle del Bing que hace lo suyo por oponerse al esfuerzo de nuestra muñeca.

El manillar, alto, fino, ancho, contribuye a hacer más extraña aun la postura.

La sensación, en parado es que de estar “sobre” la moto, no “en” la moto. Cuando los 47 CV del Rotax se pongan en marcha, debe ser difícil domesticarlos desde aquí arriba, pienso.

Por lo demás, el naranja integral da a la SWM una imagen de agresividad y me hace recordar, que hace muchos años, ya había naranjitas por la montaña.

Subo la moto de nuevo al caballete y me acerco a mis alucinados compañeros, que realmente no saben por dónde empezar contmplando la KTM. Se deben encontrar tan impresionados como yo, al contemplar, aunque ellos no lo saben, una moto con 30 años de evolución respecto a sus monturas habituales. Bueno, realmente para ellos es mucho mas impactante, ya que yo cuento con la ventaja de conocer sus motos, mientras que para ellos conceptos como monoamortiguador, refrigeración por agua, frenos de disco, horquillas invertidas son solo ciencia ficción.

- Que, ¿Qué os parece?

- Joder…es tan..rara. Las suspensiones parecen ir sobre un colchón de aire…los mandos son tan suaves, parece que vayas sentado en la pipa de dirección…y la horquilla, uf, es el doble que las nuestras. No sé…realmente es un prototipo de KTM o de la NASA?

- Jejeje, KTM, KTM…

Mientras seguimos comentando, sin querer rozan el botón rojo al lado del acelerador, haciendo funcionar el motor de arranque…-Ep ¿ Qué es esto? - El arranque eléctrico contesto. ¿Cómo? Si, si. Tiene arranque eléctrico.

Sus caras ya bordean la congestión…

- Pero tío…de verdad que esta moto se va a fabricar?

- Si, compañero, si…algún día, veras como el monte está lleno de motos naranjas, y no serán SWM´s…

- Oye, ¿por qué no nos ponemos en marcha,? comenta el de los pantalones Clice. Hay que aprovechar la lluvia…antes de que empiece el calor.

- Claro, si…¿Te vienes con nosotros?

- Por supuesto contesto. No sé donde coño estoy, pienso, pero es una oportunidad única.

Cuando arrancamos las motos, el ruido de la 300 queda automáticamente oculto por el tronar de la MK11 con su típico y escandaloso puro. La 360 suena más apagada, como era habitual mientras que la SWM, tarda un poco más en rugir, con un ruido metálico totalmente distinto a las otras.

Discretamente , me situó en última posición, dejándome guiar por los caminos y senderos tantas veces recorridos, que en mi extraño viaje temporal, son los mismos que hacemos 30 años después.

Mis nuevos colegas, desde el principio quieren dejar claras las cosas a ese pintoresco personaje con casco de Dart Vader y moto galáctica que ha salido quien sabe de dónde.

Comenzamos por unos caminos revirados, sin muchos baches. Sin grandes apuros sigo su ritmo, similar al que llevamos habitualmente en nuestras salidas. Me llama la atención que mientras yo mantengo la postura habitual , de pie sobre los estribos, ellos van casi siempre sentados, incorporándose en contadas ocasiones y casi siempre ante un bache u obstáculo. También es significativa la violencia con que las motos dan rienda suelta a los CV. Mientras yo puedo abrir tranquilamente el gas a la salida de las curvas, controlando con el acelerador la deriva de la rueda trasera, ellos luchan con las grandes derrapadas que provocan la abrupta entrega de CV a partir de determinado regimen. En las frenadas, me echo fácilmente encima de ellos y compruebo como sus ruedas traseras tienen serios problemas para mantenerse alineadas y en contacto con el suelo…Poco a poco el de la SWM, se separa de los otros dos…como no quiero perder detalle, a la salida de una horquilla a izquierdas, en subida y con piedras y surcos , abro un poco el gas y supero sin dificultad a la Montesa y a la Bultaco, que luchan con las continuas cruzadas y rebotes de sus ruedas traseras, sin posibilidad de seguir a la KTM que literalmente, allana el camino que encuentra bajo sus ruedas.

Apurando un poco el motor, alcanzo a la SWM y me dispongo a seguirle. Realmente, me siento mal, al encontrarme tan sobrado tras de él, sin sentir en ningún momento que tenga que apurar mi moto o mi pilotaje. Simplemente escojo la trazada, abro y cierro gas, y freno con un dedo, mientras mi colega, lucha para mantener la moto en su sitio, evita los baches y piedras más profundos, me rocía con una lluvia de piedras cada vez que la moto entra en su zona buena de potencia, sin que chasis ni suspensiones puedan mantener el agarre y la tracción del neumático.

En alguna aceleración, con el terreno liso, es cuando tengo que aplicarme un poco más, ya que el Rotax anda realmente mucho. En zonas así, las levantadas de rueda son continuas, más por el propio empuje del motor, que por afán de numerito de mi sufrido compañero.

Hacemos un alto para reagruparnos. Vamos a bajar por un sendero muy roto por el agua y a continuación subir por la típica trialera de zetas, llena de piedras y grietas provocadas por la lluvia. De nuevo me quedo a la cola, dejando una distancia prudencial en la bajada. Las suspensiones y los frenos hacen que yo frene cuando quiero, mientras que los otros dan la sensación de hacerlo cuando pueden.

Una vez al comienzo de la trialera, comenzamos la subida. Los motores gordos de las motos hacen que no sea necesario subirlas excesivamente de vueltas, lo que ayuda a encontrar tracción. Por el contrario, los escalones y zonas de piedra suelta, hacen complicado mantener la dirección, lo que aprovecho para superarlos y encaminarme hacia arriba.

Una vez al final de la trialera, les espero.

- Joder tío, como subes…

- Bueno, creo que hubiera subido con una de vuestras motos, aun estaría enganchado ahí abajo.

- Estas seguro…?

- Completamente ..¿Quieres que hagamos la prueba?

Le estaba poniendo a huevo un cambio de moto que estaba deseando. Nunca había tenido la oportunidad de coger una de aquellas legendarias SWM y mucho menos en “faena”. Sería capaz de hacer TT con ella?

Sin más, cambiamos de moto y continuamos la ruta.

Ahora tenía la oportunidad de confirmar las sensaciones vistas “desde fuera”, pero esta vez a los mandos.

Había que arrancar de nuevo, pero esta vez sin botón, ni mariconadas así. La palanca de arranque a la izquierda obliga a arrancar a la vieja escuela. Con la pierna derecha y desde el lado izquierdo de la moto. El arranque, muy desmultiplicado para poder mover con facilidad el piston de 350 cc, hace que por cada patada, el motor gire muy pocas vueltas. Es necesario buscar el punto en el que se consigan hacer girar lo más posible el motor, para facilitar el arranque. No es difícil, si le coges el tranquillo, pero desde luego, una calada en medio de una trialera era una putada.

Primera, gas y …uf, que raro es esto. Como había observado en parado, la rueda delantera esta allá lejos, al final de las dos finas barras de la horquilla. Y yo sentado encima de la rueda trasera…o al menos esa es la sensación. Empiezo a acelerar y engranar marchas, sin subir mucho de vueltas el motor. Las vibraciones son contenidas aunque mayores que en la KTM. El ruido, metalico, parece proceder mas de la resonancia de la panza del tubarro, que del propio silenciador. Por lo demás, la respuesta es buena, sin brusquedades, se aprecian buenos bajos, pero siempre con muchos menos CV que en la 300. Ese primer golpe de gas, característico de los motores con válvula de escape no existe en la SWM. La potencia llega, sin ahogos, pero sin estridencias…al menos mientras mantengamos el régimen de RPM del motor en un nivel moderado.

Mientras tanteo, noto como el selector es casi como el de una moto moderna, las marchas entran suavemente con un simple toque a la palanca. Eso sí, empiezan a surgir baches donde pensaba que no los había…Y curiosamente, yo que suelo conducir casi siempre de pie, me encuentro atornillado al asiento.

Bueno, vamos a ver donde están los CV de este chisme. A la salida de una curva de 2ª. Enrosco el acelerador, dejo subir de vueltas el motor y de repente…vroooaaaaaaaaaarrrrrrrrrrrrr….L puerta del infierno parece abrirse. La rueda delantera busca el cielo y los pinos empiezan a pasar muy deprisa, cambio a 3ª y sigo dando gas…la rueda vuelve a levantarse y una mano parece que me agarre del cuello arrastrastrandome hacia atrás. Cambio a 4ª, todo pasa ya muy deprisa. Noto como la rueda delantera no pisa apenas la tierra, a las suspensiones se les comienza a acumular el trabajo. La horquilla se siente preocupantemente flexible mientras la rueda trasera barre el suelo de lado a lado.

Realmente la velocidad y la sensación de aceleración no difieren mucho de las que se pueden obtener con una moto moderna, pero la sensación de descontrol es total. Mis piernas tienen que ayudar a la suspensión, que se ve incapaz de absorber las irregularidades del suelo. Una cerrada curva a izquierdas se aproxima. Empiezo a frenar con todo lo que tengo a mano. El freno trasero muestra un buen tacto, contribuyendo a reducir la velocidad más de lo que estamos acostumbrados en las motos de hoy. El freno delantero, aunque con buena potencia, echa en falta ese tacto de un Disco en el que podemos decir “Quiero frenar ahí” y el disco frena exactamente “ahí”

Por otra parte, en frenadas fuertes, las limitaciones de las suspensiones se vuelven a manifestar, en forma de rebotes en la parte trasera y con una preocupante falta de rigidez delante. Como dije antes en una moto actual, frenamos cuando queremos y aquí estamos frenando cuando podemos…

Una vez reducida la velocidad, intento avanzar mi posición, pero el depósito me impide llegar donde quiero. Al encarar el ápice de la curva, la rueda delantera, allá lejos como dije anteriormente, intenta escapar hacia el exterior. A base de gas, pero con precaución para evitar una cruzada excesiva, consigo dibujar la curva…

Después de unos pocos kilómetros, la sensación es descorazonadora…pero, no estoy siendo justo con la SWM. En todos mis comentarios anteriores, estoy siempre planteando la comparación con una moto moderna y claro, los 30 años de evolución se notan y mucho.

Voy a intentar cambiar el chip, entrando en “modo 1980”. Intentare conducirla como hacíamos entonces y valorar sus pros y contras en ese contexto.

Me olvido pues de dejar que sean las suspensiones las que absorban las irregularidades, de frenar en el último momento, de los golpes de gas para cambiar trayectorias, de los toques de embrague para saltar regueros y piedras…

Poco a poco siento como mi conducción se va relajando. Mi culo abandona el asiento para ayudar a las suspensiones en su trabajo. Dejo de buscar estripar el motor hasta la última rpm e intento anticipar las trayectorias y las frenadas.

De esta manera, la SWM empieza a mostrar su cara amable de gran moto de TT. El motor se siente lleno desde abajo y es un placer abrir gas a la salida de una curva, y sentir como poco a poco, traccionando, se van recorriendo muchos metros sin sensación de descontrol. Así, subiendo marchas sin apurar, me voy sintiendo dueño de la situación.

Es curioso ver como mi mano izquierda ya no lleva un dedo apoyado permanentemente en el embrague, preparado para pellizcarlo a la mínima caída de vueltas, tal y como estoy acostumbrado. La maneta queda muy lejos de la mano y hay que accionarla con todos los dedos. Del mismo modo, la no derecha no lleva dos dedos apoyados en el freno. Simplemente, cuando es necesario, los cuatro dedos se aferran con fuerza a la maneta. El freno trasero ha dejado de ser un mero apoyo, para convertirse en protagonista de las frenadas.

Los cambios de dirección van siendo más intuitivos, y aunque sigo sin confiar mucho en el tren delantero, avanzando lo más posible el peso, corrijo poco a poco el subviraje que provoca una dirección tan abierta.

Me voy acostumbrando a la posición de pie, gracias a la correcta ubicación de los reposapiés y a la estrechez de la moto a la altura de las rodillas. Además, de esta manera se compensa en parte la postura de conducción retrasada motivada por el depósito. Mi pilotaje empieza a ser más fluido y voy encontrando la sensación de control y de dominio de la situación con la que me gusta sentirme en los senderos. Al mismo tiempo y como consecuencia de lo anterior, la velocidad va aumentando.

Volvemos a meternos en una zona trialera. Aquí el trabajo de piernas y brazos es vital para ayudar a las suspensiones a absorber piedras y escalones. El motor responde perfectamente desde abajo, traccionando sin problemas, aunque la primera se queda un pelín larga. No sé qué pasaría en una trialera salvaje…aunque, recuerdo que hace 30 años, se superaban las mismas trialeras que ahora. En cualquier caso, nada q con un poco de decisión no se solvente. Además, ¡Aquí no hay cafeteras que valgan!

Una sonrisa se va dibujando dentro de mi casco. Me comienzo a sentir un poco Andreini, uno de los grandísimos pilotos italianos que llevaron estas motos a lo más alto. Con esta moto se puede hacer autentico TT, aunque claro, lo difícil es conseguir sacar la quintaesencia del rabioso motor naranja. Llevar al límite esta moto es algo reservado a unos pocos, y en cualquier caso, mucho más difícil que hacerlo con una moto moderna, en la que suspensiones, chasis y frenos nos hacen la vida más sencilla.

Tan concentrado estaba en hacer funcionar la SWM, que me había olvidado de mi atribulado compañero, ahora a los mandos de mi KTM. Si lo mío había sido un retroceso en el tiempo, lo suyo debía ser más traumático aun. En un cruce de caminos, le encuentro detenido, quitándose el casco y observando detenidamente.

Paro a su lado y con una sonrisa le pregunto ¿Qué tal?

- Jo tío, que fuerte! Las suspensiones son increíbles. Parece que los baches desaparecieran. Y el motor parece de trial, pero con muchísima más potencia. Y los frenos….como es posible que un disco pueda ser tan progresivo en la tierra?

Efectivamente, compañero, pienso para mi…así es. Son 30 años de evolución de la moto de campo lo que has tenido la oportunidad de probar. Es como si a uno de los pioneros que empezaron a aventurarse fuera de las carreteras en los años 50, a lomos de pesadas 4 tiempos de carretera con pequeñas modificaciones, hubiera tenido la oportunidad de probar tu SWM.

La expresión de mi nuevo colega era una mezcla de incredulidad, sorpresa, excitación y felicidad. Sin poder dejar de mirar y requetemirar la KTM seguía comentando.

- La verdad es que no sabría por dónde empezar. Sin duda las suspensiones es donde mas diferencia noto. Lo absorben todo con una facilidad pasmosa. Los baches parecen desaparecer cuando pasas pro ellos. LA horquilla es increíblemente rígida y sin embargo absorbe todo con suavidad. Yo pensaba que la MArzocchi de la SWM era lo mejor que se había hecho para TT, pero seguro que ahora la voy a notar fofa y flexible…No me extraña, viendo las barras y la anchura de las tijas. Ahí va, no me había fijado! Si está montada al revés! Las barras abajo y las botellas arriba! Esto es flipante

La suspensión trasera no rebota absolutamente nada. En la SWM , tengo que jugar con las piernas para absorber los escalones y baches bruscos. Hay mucha perdida de tracción , sobre todo en trialeras, por este motivo. Sin embargo, en tu KTM la rueda se nota pegada continuamente al suelo, sin golpes secos. La tracción es continua y los escalones se pasan sin inmutarse.

Sinceramente no se por donde seguir, todo, todo es tan diferente que convierte en obsoleta cualquier moto moderna.

Con estos frenos , paras la moto en cualquier momento y con un dedo. Es como si en vez de tierra, el suelo se hubiera convertido en asfalto.

y respecto al motor, aunque no parece ser mucho mas potente arriba del todo, si que en bajos y medios es demoledor, a pesar de que el Rotax de la SWM es de lo mejorcito que hay hoy. El golpe de gas nada más abrir es increíble. No hay ningún ahogo ni duda y luego la subida de vueltas es lineal. Además todo es suave, el embrague, el acelerador, siempre tienes la moto controlada.

- Compañero, estas clavando mis sensaciones. Efectivamente, con esta moto todo es mucho más fácil. Casi siempre es ella quien te ayuda a subir o a trazar, sin que te des apenas cuenta. Con vuestras motos es muy difícil aprovechar toda la potencia que encierran, ya que el resto de los componentes, suspensiones, chasis, frenos, no son capaces de asimilar tantos CV.

Sin embargo, me ha encantado tu moto. Una vez que superas el compararla con una moto moderna y la sitúas en su entorno, te das cuenta que es una autentica moto de Enduro, hecha para hacer muchos kms a través de sendas y trialeras. Eso sí, su motor es explosivo. Hay que ser muy bueno para poder aprovecharlo

- Oye tío…utilizas unas expresiones extrañas. LA SWM es moderna, hablas de Enduro…Eres un tío raro. Apareces montado en un OVNI, tus equipo parece sacado de La Guerra de las galaxias ¿ de dónde has salido?

Vaya, me han pillado. Tendré que andar con cuidado.

- Jajajaj, bueno, simplemente tengo familiares en el extranjero a los que encargo cosas.

Mientras hablamos, los otros dos, inspeccionan cm a cm la KTM.

- Como es posible que tenga esos bajos de trial y sin embargo estire y estire como una moto de cross?

- Bueno, básicamente es culpa de la válvula de escape. Es la manera de reunir ambos mundos.

- ¿Válvula de escape? ¿Eso es como las “Power Valve” de la Yamaha de Roberts?

- Pues sí, algo así.

- Oye y tanto tornillito por la horquilla y el amortiguador, ¿Para que sirven?

- Son los reglajes de compresión y extensión de los Hidráulicos. Además, la horquilla se puede regular en precarga y el amortiguador en compresión a alta y baja velocidad. La rosca que veis en el amortiguador, es para regular la precarga del muelle.

-

Los tres se quedan mirándome con la boca abierta

- Obviamente - continuo mi charla- también se puede jugar con la densidad de los aceites y con la cámara de aire de la horquilla para adecuar las suspensiones al peso, conducción y gustos de cada uno.

Ya puestos a poner la moto a nuestro gusto, a través de tres tipos de muelle que controla la válvula de escape, se puede variar la respuesta del motor, de más agresiva a más tranquila.

Adicionalmente, hay una doble curva de encendido, que también afecta a la entrega de potencia, fácilmente seleccionable a través de un interruptor

Ah, se me olvidaba. También es posible montar distintos tubos de escape que modifican el rendimiento del motor, en función de nuestras necesidades

Eso sí, es importante elegir bien los neumáticos en función del terreno en que rodemos, si no queremos tener problemas…

Y por supuesto, en función del terreno por el que nos vayamos a mover, es básico el poder elegir entre un offset de 18 ó 20 mm

……….

Silencio

Sin darme cuenta, me estaba dejando llevar contando todas esas cosas que nos son tan habituales en 2009, pero que en 1981 no estaban disponibles ni para el mas oficial de los oficiales de ninguna marca

- Ya…Como ya te dije, hablas un idioma extraño, pero, ¿no crees que tantas combinaciones y posibilidades de reglaje, no serán más que una complicación para los que solo montamos en moto para divertirnos los fines de semana? Hace poco ley en Motociclismo, los problemas que tenían los pilotos de 500 para poner a punto esos nuevos sistemas de amortiguador único, con tantísimo reglaje…Y si para Roberts o Sheene es difícil, imagínate para los pobres mortales.

- Er…pues quizás sí. Realmente, creo que pocos serán capaces de notar grandes diferencias.

-

Mi colega estaba utilizando el sentido común, que 30 años después, nos falta en muchas ocasiones.

Como veía que la conversación se metía en terreno pantanoso, propuse seguir nuestra ruta, de vuelta ya a nuestro pueblo, no sin antes hacer algunas fotos de recuerdo. La cámara digital fue nuevo motivo de comentario y asombro.

Me puse de nuevo a los mandos de mi KTM, volviendo a sentir la facilidad de conducción, las suspensiones, la potencia inmediata…en fin, los 30 años de evolución que había detrás de ambas motos.

Mientras regresábamos por caminos sencillos reflexionaba acerca de esta evolución y de la oportunidad que un extraño suceso me había proporcionado.

Sería injusto comparar ambas motos. Tornillo a tornillo, una moto del siglo XXI es infinitamente superior a una moto de 1980. Sería estúpido discutirlo. Pero si consideramos la SWM en su época, encontraremos una gran moto de TT, que incluso a los ojos de un piloto moderno, permite recorrer los mismos caminos senderos y trialeras que recorremos habitualmente, apoyada especialmente en su gran motor, que aun en 2009, se defiende dignamente ante lo que mis compañeros denominaron OVNI con ruedas.

Las fantásticas motos que disfrutamos hoy en día son el resultado final de una evolución que empezó desde el momento en que algún visionario se le ocurrió abandonar el asfalto y probar fortuna a través del polvo o el barro de los caminos de tierra. Aquel nuevo medio, genero la necesidad de empezar a evolucionar sin descanso, para conseguir alcanzar rutas cada vez más lejanas, más difíciles con mayor velocidad y fiabilidad.

Los manillares anchos, las ruedas de tacos, los guardabarros elevados, el crecimiento de los recorridos de suspensión, las laminas, la refrigeración líquida, la válvula de escape, los mono amortiguadores, no son más que ejemplos de cómo el ingenio del Hombre, ha mejorado y sigue mejorando nuestras queridas compañeras de ruta.

Ninguna de nuestras actuales motos existirían si no se hubiera completado esta evolución. Por eso, cada vez que os crucéis con una venerable anciana como la SWM de esta curiosa historia, no os riais de sus ridículas suspensiones ni de sus frenos patéticos sino que os pido que paréis a observarla y valoréis que hace muchos años, eran capaces de superar las mismas trialeras que hoy os hacen sudar a los mando de vuestras galácticas motos del S XXI.

Cuando llegamos por fin al punto donde iniciamos nuestra ruta, me despedí de mis circunstanciales compañeros de salida.

- Algún día, ya veréis como la montaña estará llena de motos naranjas como la mía. Mientras llega ese día, conservad vuestros aparatos, que seguro que entonces valdrán mucho más que ahora.

- Hablas como si supieras lo que nos deparará el futuro.

- Bueno, no es difícil imaginarlo. Motos con mucha tecnología que harán mas fácil su pilotaje. Pero también, muchos mas problemas para disfruarlas en la montaña…es el signo de los tiempos.

- Oye, si quieres, otro dia quedamos. Nos gustaría volver a probar tu moto…si no tienes inconveniente.

- Claro como no. Hacedme una llamada perdida para tener vuestro numero…er…esto, quiero decir, ¿Me apuntais vuestro teléfono?

- Si claro. – Te dejo el de Madrid. Aquí aun no tenemos teléfono.

En una pequeña hoja blanca sacada de la riñonera, apuntaron un numero. 2572353. Lo guarde en el bolso lateral de la riñonera.

Sin mas, estreche sus manos arranque mi moto y me fui a recorrer , esta vez solo, los alrededores de mi pueblo. Era una oportunidad única la que se me presentaba…

De pronto, el sol volvió a desaparecer entre nubes, tal y como habia ocurrido al principio de la mañana. La lluvia torrencial me sorprendió cerca de las “Rocas del Cabrero” Alli existía un pequeño abrigo donde guarecerme y me dirigi rápidamente a el para no acabar como una sopa.

El cielo se volvió extrañamente oscuro y de nuevo una tormenta eléctrica empezó a descargar con furia. El cansancio de toda la mañana de emociones empezó a pasarme factura y me quede dormido apoyado en una piedra.

De pronto el sonido del móvil me despertó. Abri los ojos y encontré el techo blanco de la habitación. Aun dormido, conteste la llamada.

- Pero tio! ¿ Donde te metes? Son las 10 y habíamos quedado a las 9!

Ahí va…me he quedado dormido y son mis colegas los que me han despertado.

- Joe, perdonad, me he quedado frito…esperadme que salgo en 10 minutos.

Vaya. Después de todo, no ha habido ningún agujero temporal ni Experimento Filadelfia II ni nada. Simplemente me había quedado dormido y todo había sido un sueño.

Cuando entre al garaje a recoger la KTM, la encontré sucia, con manchas de barro. El depósito que había dejado lleno la noche anterior estaba casi vacío.

- Que raro, pensé- Ayer deje todo preparado para salir hoy…

-

Rápidamente, cogí la riñonera y en el bolsillo lateral había una pequeña hoja de papel blanco con un teléfono: 2572353

- Ostras!

Saque la cámara digital del otro bolsillo de la riñonera. La encendí y busque las últimas fotos grabadas. Sonreí al contemplar dos motos con el Pantano de San Juan de fondo. Una KTM 300 2009 y una SWM 347 80.

No había sido un sueño!

EPILOGO

Para los audaces compañeros del Mango que hayan conseguido llegar hasta el final de estas líneas, sin verse tentados de saltar a otros post mucho más apasionantes tales como “Velocidad máxima de la XXX 450”, “ Os la pone dura el ruido del Akrapovic”, “ ¿Se os levanta en 5ª?” ó “KTM a punto de quebrar”, simplemente agradeceros vuestra paciencia y aguante.

Desde que me puse a la tarea de renovar ( No me gusta la palabra restaurar)mi SWM 347, de la cual ya habréis tenido noticias a través de otra entrega de “Las Batallas del Abuelo Cebolleta”, rondaba por mi cabeza realizar y compartir con vosotros una prueba dinámica de la misma. Me encantan todas aquellas motos que a través de los años, han hecho posible nuestra afición, aunque el paso de los años las haya transformado de maravillosos aparatos en viejos hierros ingobernables.

Una moto de campo, cualquiera que sea su época, fue fabricada para hacernos disfrutar de nuestra afición y no para dormir encerrada entre cuatro paredes como un triste jarrón. Mi concepto de “Moto clásica” pasa inexcusablemente por devolverla, aunque sea ocasionalmente, al medio para el que fue concebida.

Las impresiones que os acabo de relatar son el fiel reflejo de mis sensaciones después de probar la SWM entre las piedras y los pinos de la Sierra Madrileña. Por supuesto, son apreciaciones totalmente personales y no pretendo sentar cátedra con ellas, pero estoy seguro que muchos compartiríais las mismas si tenéis la oportunidad de probar una moto ya entrada en años.

El argumento de esta historia seguro que os suena a la serie de Antena 3 “La chica de ayer”. Es cierto, aunque la idea la venia madurando desde hace ya casi un año, mucho antes de que se , estrenara en TV. Imaginar mi sorpresa cuando vi el primer capítulo de la serie, pero bueno...espero que nadie me denuncie por el copyright ese. Me pareció que podía ser gracioso escribir una pequeña historia con un hilo argumental original.

¿Es injusto comparar dos motos con 30 años de diferencia? Bueno, esto solo ha sido un divertimento de tarde de verano. Obviamente, un modelo 2009 ( ó 2005 ó 1997 ó 1988) es, desde un punto de vista técnico y dinámico, infinitamente superior a un modelo 1980. Desde ese punto de vista, sí es una prueba injusta.

Pero cada una en su época, ambas han sido referencia al hablar de motos de TT ( o de Enduro) . Como he tenido la suerte de poder probar las dos, pensé que sería curioso e interesante contar las sensaciones que me han producido ambos chismes y recordar una época en la que las 2T no sonaban “güiiiing, güiiiiiiing, güiiiiiiiiiiiiiing, güing, güiing” sino “vroooooooaaaaaaaaaar, raaaaaaarrrrr, rarrrrrrrr” Ese ha sido el objeto de este nuevo capítulo de “Las Batallas del Abuelo Cebolleta”

Ah! Para los mas jóvenes que no hayais oído nunca eso de SWM, simplemente contaros que desde principios de los 70 y hasta el inicio de los 80, SWM fue una marca italiana que consiguió un monton de títulos de lo que entonces llamábamos Todo Terreno, encontrándose al mismo nivel e incluso superando a marcas miticas como KTM, Husqvarna, Maico, MZ, Jawa….

Su campo de acción incluyó también el cross y el Trial, siendo la primera marca Campeona del Mundo no española de la Historia en esta especialidad.

Espero que os haya gustado.

R

Estas son parte de las fotos que aparecieron en la camara

LAs dos protagonistas

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El tren delantero, tan diferente, pero tremendamente personal en ambas

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Lo que se ve desde los mandos

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imgp1232medium.jpg

Cada uno en su epoca, estos dos motores representan el sumun de la tecnica 2T.

imgp1226medium.jpg

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