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Crónica copa TT Villablino 2009. He vuelto.

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Si observáis los mapas que salen en la tele estos días cuando dan el tiempo, os podéis fijar que a la izquierda de León, casi en Galicia, hay dibujado un copo de nieve. Justo debajo está Villablino.

Este fin de semana no hubo polvo en Villablino.

El Lechón, ya conocido por todos nosotros, llega el viernes aún de día. Como el Cholo ahora tiene poco trabajo, se han podido permitir salir antes. El Lechón no se puede creer su mala suerte cuando empieza a ver las montañas, blancas y desafiantes. De nuevo, no venía preparado psicológicamente para esto: al terreno más abrupto que ha visto en su vida se le une la nevada, la ventisca, los torrentes cayendo hasta la carretera. Joder, no se ve capaz de adentrarse ni 20 metros con su moto (ni sin su moto) en esos inhóspitos parajes.

El Cholo se ríe, tan dicharachero como siempre. El Lechón se va sumiendo en un silencio angustioso, y aún quedan 20 kms hasta Villablino, para que el monte aún se ponga más vertical y más oscuro.

Hay otro espécimen que frecuenta estas carreras que estudiaremos a lo largo de estos dos días; se trata del “Perro Viejo” del enduro. Es un tío normalmente emancipado, con una renta suficiente que le permite pagarse este vicio, casi siempre casado, con bastantes años de moto y competición, que se las va sabiendo todas. Cambia de moto cada dos temporadas, aunque también los hay que se acomodan y estiran más sus monturas, y no gana ni hace podio (porque entonces sería un pro) pero casi siempre acaba la carrera, lo que le permite estar al final del año entre los diez primeros en su categoría. El nuestro llega el sábado a media mañana, con bastante certeza ya con respecto a lo que se va a enfrentar: nieve, barro, frío, pozas. Es lo que hay, así es el enduro.

Y también estoy yo. Segunda carrera desde mi operación de ligamentos y 8 meses en el dique seco. Primera de la copa TT, con dos días de moto por delante, largos, con las roderas que son mis enemigas, con el frío y la humedad que me joden sobremanera, y con las dudas de si me aguantará la rodilla al menos lo suficiente como para amortizar el viaje.

Da pereza salir a la vuelta de reconocimiento el sábado. Por la noche no ha parado de llover. La cota de nieve está en 1.000 metros, y la carrera sube hasta los 1.700. Se tiene que cambiar el trazado, porque como alguno se quede ahí arriba (si es que llega) tendrá problemas serios. Se empieza por los senderos de detrás del pueblo, exuberantes y angostos, y pronto se sube a la montaña. El circuito es como el del año pasado, pero al revés. Se pasan varias zonas blandas de hierba que anticipan problemas, y toda la subida es un sendero del ancho de dos ruedas entre la nieve. Las cintas no se ven bien, porque son blancas, pero la senda no da lugar a dudas. En cualquier caso se tiene que ir tan despacio que da mucho tiempo a observarlo todo sin perderse.

Han eliminado la zona de las cumbres, tan representativa de esta carrera, por impracticable. Después de la subida de nieve, unos caminos rotos de enlace y se baja por el cortafuegos de “Villablino en estado puro”, también representativo. Como yo llevo la pierna izquierda a rastras este cortafuegos será un calvario para mí todo el fin de semana; el Lechón tardará más de 15 minutos en bajarlo cada vez, con 3 caídas de media por sesión, llegando abajo bien fresquito, y el Perro Viejo lo bajará cruzándose para adelantar al personal casi sin poner el pie.

Después se serpentea por caminos y sendas bastante rápidos, hasta cruzar la carretera y empezar por la trialera del pueblo, después del puente en el que hay que agachar la cabeza. EL sábado en esa zona ya hay buen ambiente; motoristas abajo pensativos, cafeteras a mitad de pendiente y público con paraguas que por tanto no tendrá manos para ayudar. Esta trialera ya pone a los pilotos en su sitio.

El Lechón, tras cuatro intentos, logra subir con la ayuda inestimable del Cholo, que tira de él casi arriba. Está sofocado, se quita el casco, y su cabeza echa humo como la de Roberto Carlos en los partidos de invierno.” Jooooooder. Cuánto quedará?? No va a dejar de llover nunca?? No veo, con las gafas manchadas de barro…” Lechón, no te quites los guantes de neopreno, no lo hagas, no, no…

EL lechón se quita los guantes de neopreno para limpiar las gafas. Cuando se los vuelve a poner, los nota más fríos que antes, mucho más fríos. Joder, qué ha pasado?? Vuelve a montar y al poco deja de sentir las puntas de los dedos. EL Cholo le dice: “No hay que quitarse los guantes de neopreno, porque se enfría el agua de dentro y luego pasa lo que pasa”. El Lechón piensa que por lo que le ha cobrado el Cholo por sus guantes viejos se lo podría haber dicho antes…

EL Perro Viejo se toma la vuelta de reconocimiento con tranquilidad. Se trata de observar todo bien, y detectar posibles alternativas en casos de atasco. Con su olfato de cazador identifica los cuatro o cinco puntos conflictivos claves, y piensa que es necesario salir en la parrilla de la crono o de lo contrario los tapones le harán perder demasiado tiempo. En un momento dado le pide paso una moto de dos tiempos, que le adelanta chirriando, a 25.000 revoluciones por minuto. No es una, son dos. Pasan como un relámpago exprimiendo los motores, estresados y ansiosos.

Se imagina a dos chavales de menos de 20 años, los mejores de su pueblo (os acordáis?), que vienen a competir y a demostrar sus talentos. Se ve reflejado en ellos hace 15 años, o quizá 20. Pero van demasiado rápido para nada, y más aún tal como está la mañana.

En efecto, a los dos kilómetros se encuentra la típica estampa: moto boca abajo, guardabarros partido, plástico de 3 colores en el suelo, y un chaval con una mueca en la cara y con la obsesión de que nadie vea lo que le duele el hombro, aunque se le saltan las lágrimas. Del hombro se recuperará rápido, pero correr mañana sin guardabarros, será complicado, compañero. El Perro Viejo les pregunta si están bien y sigue.

En mi caso, también me tomo las cosas con mucha calma, y la rodilla no me duele. Esto es suficiente. Llego a una trialera después de la del pueblo con piedras mojadas y con monumental atasco. La gente aquí ya se está volviendo, y que mañana sea lo que Dios quiera. Después de 45 minutos, consigo pasar, ayudando a sacar motos, entre ellas la mía, porque con tanto tráfico no hay inercia para subir. Tengo claro que o mañana llego aquí pronto, o después el tapón será durísimo. Después, caminos rápidos de nuevo, con granizo, viento, frío. Limpio las gafas con nieve (sin quitarme los guantes, claro). Mañana dos gafas y más papel. Un par de trialeras de subida y otra clásica de entrada al pueblo de bajada, que con el agua es una pista de patinaje con 50 grados de inclinación, en la que en la carrera me caeré la única vez del fin de semana, y meta.

El Lechón también llega a meta, desde un rato pensando en qué excusa puede poner para no hacer la crono, ya lo que faltaba, la puta crono. La crono de los huevos, donde sus carencias quedarán expuestas más que nunca, eso si consigue acabarla, porque con la mala leche que tienen los organizadores seguro que han puesto una crono imposible, una crono para joderle a él y sólo a él, la puta crono, por qué no se podrá salir sin más?, por qué no estará solo para que nadie vea que no la hace? Además seguro que se cae otras ocho veces. Ya no sabe para qué lado lleva doblado el manillar. No lo endereza porque no le compensa: la siguiente caída puede que lo doble al otro lado y lo equilibre, y si no es la siguiente, será la otra y si no la otra…y ya está en la salida de la crono. Congelado y aterido.

El Perro Viejo por lo que ha visto está seguro que con sólo hacer la crono se clasificará, porque muchos pilotos ni la van a intentar. Siendo así es conservador, la hace con machas largas, sin exponerse a una caída, administrando los 8 minutos que dura para llegar al final pleno de condiciones, porque ha visto que la última bajada es bastante técnica. Se clasifica en la segunda parrilla. No se ha caído, la moto va bien. Objetivo cumplido para el sábado.

Yo también hago la crono, y tal como pensaba el Perro Viejo, hay tan pocos pilotos que no cuesta mucho clasificarse, a pesar de que me he equivocado en una curva y me he hecho medio kilómetro más por un camino sin sentido.

Noche del sábado, flotando en Villablino.

Tiempo de ansiedad para algunos. Tiempo de tranquilidad para otros. Tiempo de múltiples decisiones para el Lechón, que se ha comprado traje de nuevo. Ante la inseguridad de que le vaya incómodo, ha traído dos trajes, dos cascos, 4 gafas, tres pares de guantes… todo por si a última hora detecta un dolor insoportable, un plástico a través del que no pueda ver, un guante que se le haya quedado pequeño.

Se lo prueba todo, y al final decide ponerse la ropa vieja, más vale lo malo conocido…

El Perro Viejo disfruta de la soledad que tanto anhela, sin niños, sin ruido; domina la situación y es capaz de hacer cosas habituales como leer, navegar por Internet, llamar a algún amigo con el que hace tiempo que no habla y que nada tiene que ver con las motos.. Hay Perros Viejos que vienen con su mujer o su novia, lo cual me maravilla porque yo a mi mujer no la meto en una de estas ni loca. El nuestro ha venido solo, porque su chica ya le dijo hace tiempo que lo de las carreras para estar con ella era una engañifa. El Perro Viejo ya no sueña con la carrera cuando duerme la víspera, y además duerme bien.

Antes de dormirme tengo un recuerdo para mis hijas, y otro muy especial para mi mujer, luz de mi vida, guía de mis sentidos, consuelo de mi corazón, apoyo en la penumbra, "el sol sale y se pone con ella" (lee las crónicas), que está cenando en Madrid en un evento familiar de MI familia. Bendita reina… Me duermo, y yo tampoco sueño con la carrera.

Por fin llega la mañana.

Granizo, agua nieve, tormenta, niebla. La meteorología del averno está con nosotros.

Dan la salida.

Corro, arranco, acelero, me encajo en el grupo, ya no tengo frío, ya no veo la lluvia. La adrenalina me hace insensible.

La moto patina, se levanta, salta, se estruja, se revoluciona, ruje… precioso sonido

Por fin he vuelto…

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buen relato, mi hermano se pasó, por lo que me dijo en el mismo cruze que tú, deberia haber girao a izquierda creo recordar que me dijo, pero ni vió señal, y al parecer ya otros se habian colado y las marcas estaban tambien en esa dirección.

ellos solo hicieron una vuelta el domingo, para el tambien era su primera "carrera" tras romperse ligamentos de rodilla y más de un año de baja, que casualidades tiene la vida y cuanto se parecen las vidas de quienes se dedican a lo mismo.

me alegra que hayas vuelto y ¿que tal el domingo? si completaste las tres vueltas no quiero imaginar como estaria el recorrido el la última

pd: con tu mujer as quedado muy bien, lo queuno tiene que hacer por disfrutar de su joby :lol:

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Como siempre, se disfruta leyendo las cronicas del lechón,estoy ansioso de leer la cronica del domingo.

Mis felicitaciones,por estas cronicas que nos hacen de sentir estar encima de la moto sin viajar a Villablino.

Un saludo.

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Una visión muy real de estas carreras!!!... muchos perros viejos..... que por mi parte agradezco su presencia ya que dan muy buenos consejos... :wink: :wink:

Yo solo di una vuelta el domingo...y mas contento que unas castañuelas

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Muy bonita la carrera,sin duda.Lo que no me parece ni medio normal es que la cortaran a las 12.45.En mi caso sali en penultima linea,y aunque estaba haciendo tiempos muy similares a los de otros pilotos que salieron antes,y que si dieron las tres,no me dejaron dar la ultima vuelta.

No me juego nada,pero creo que los que salimos atras y no vamos muy rapido tenemos derecho a terminar,siempre que estemos en una hora y en tiempos razonables.A la gran mayoria nos hace ilusion simplemente terminar las tres vueltas.

Por tanto me parece mucha jeta por parte de la organizacion,que parecia estar deseando "chapar"el garito cuanto antes.

Espero que en la proxima tengan en cuenta esto.

Un saludo.

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Pepino, estas carreras las cortan cuando acaba el primero: cuando te dobla ya no te tienen por qué dejar salir a dar la próxima vuelta. El primero tardó 2:32 minutos. A veces dejan un poco más, pero tal como estaba el día parece ser que no.

Esto significa que no es fácil acabarlas, y menos cuando el terreno está tan mal, porque los buenos buenos bajan su velocidad levemente, pero al resto nos afecta muchísimo. y más en una de estas que como la tuvieron que cortar al final cada vuelta tenía 35 kms, o sea que te doblan rápido.

De todos modos sí es verdad que en otras me ha parecido que dejaban más tiempo

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Que pasada de crónicas macho, yo estuve un año mas, con camara en mano grabando video, a ver si me dan el portatil pronto y puedo hacer el montaje rapido, que el de la edicion anterior duro casi media horita.

Y enhorabuena por tu vuelta, y gracias por como nos dejas de bien siempre a los del Valle de Laciana.

Un saludo tio!

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