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VIVA VALVERDE !

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El otro dia lei una cosa que definia perfectamente el enduro de valverde, "Equilibrada"!,y es lo que pense, nada imposible nada facil, el recorrido para aficionados no era dificil, era muy fisico, pero si tenias problemas habia marshals de sobra por todos lados, y para senior A, que son los que les va la marcha, un desafio, buena prueba para saber al nivel que andan. Practicamente todo el mundo un poco preparado lo termina, palmado o descalificado , pero se termina.

Enhorabuena a Rosa e Irene en feminas, porque terminaron los dos dias en buenos tiempos,y se repartieron las victorias, Irene termino el domingo sin penalizar y a 54s en el 2º dia de Rosa con la mano jodida y un golpe en la rodilla por una caida, estas tias estan fuertes.

Mi sensación es que no va nadie que no esté preparado. Todos van bien en moto. El nivel medio es muy alto; yo voy a carreras de todo tipo, y desde luego el nacional es otra historia, te pone en tu sitio. Gente que gana carreras regionales, o populares o como las queráis llamar, se queda el 60 en el nacional...

El sábado hubo algunos que no acabaron; el domingo la banda ya sabe lo que hay...

También me parece que un nacional debe ser una carrera muy exigente, selectiva, y dura. Estoy de acuerdo en cómo han planteado las dos primeras, con controles apretados, largas y exigentes físicamente. Lo que también está claro es que no pueden poner sitios en los que a la gente le cueste mucho pasar, porque entonces se harían tapones y sería la locura...

Valverde para mí fue una carrera sin ningún descanso; sólo los cortafuegos, que duraban unos 5 minutos...pero el resto era penar...

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Y gracias a todos por los comentarios. EL vídeo está dando la vuelta al mundo.

Pienso que está muy bien hecho, y se resume todo al final, con los dos niños hablando de Guerrero ("he vihto meá a Guerrero")... pero hay otra carrera, mucho más masiva, sin estrellas, sin gloria pública, en la que la gente sufre mucho, y lucha por superarse. Y ese enduro también es el verdadero.

Cuando corro carreras a pie, llevo a mis hijas a que las vean, y siempre las hago esperar a que lleguen los últimos, para que vean el esfuerzo que hace gente por su satisfacción personal, y cómo son los más aplaudidos, porque el esfuerzo siempre tiene recompensa, aunque sólo sea el hecho de esforzarse en sí.

Pedro ha sabido transmitir esto muy bien. Hasta Cervantes lo ha felicitado por el vídeo.

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2ª parte.

Domingo, 9:30 de la mañana. Mismo sitio, misma hora. “Y aquí sale Rafa Torres, “El Piloto”, listo para otro día de enduro máximo como a él le gusta”… Buf. Sacudo la cabeza. Pocas bromas me caben ya en el cuerpo…

Han puesto un cartel: CH 1, + 2 min. CH3, - 4 min. Joder. Para ajustar la agonía al máximo, para que les dures más en el potro de tortura.

Un día radiante.

Ahora lo recuerdo, pero en ese momento ni lo pienso.

Gas. Concentración máxima. Gas. Ritmo.

El sábado por la tarde hice todo tipo de combinaciones para buscar alguna opción de acabar. Sumé el tiempo de todas las trialeras, más las especiales, y lo ajusté con las horas de paso. Calculo que me sobrarán dos minutos en el CH1, 0 en el 2, 2 en el 3 y otros 3 en el de padock, en la asistencia. Teniendo en cuenta que cada vuelta dura 150 minutos está bastante afinado. Esto es lo más optimista. Si todo va bien. Si todo marcha.

Si no me hago daño en las caídas, porque se asume que tres o cuatro habrá.

La primera es en Ballesteros. La crono hay que pelearla. Hay roderas de un metro, y donde el suelo está duro hay socavones constantes de otro metro. Caigo con tan mala suerte que rompo el cubremanetas del freno. Lo voy a necesitar, porque con un rally tan frondoso las ramas me tocarán el freno y me tirarán, muchas veces. Para no perder más tiempo me lo meto por delante en la riñonera, y se me clava en la barriga. Ya no tenía barriga, no??? Con estas palizas, había desaparecido?

No. Se me clava. Es un dolor soportable; es menos soportable perder tiempo.

No puedo atascar. Atascar te retrasa, pero sobre todo te cansa. Quedan 5 horas y no basta con llegar: hay que llegar rápido, si no te echan. Para ir rápido la mente ha de estar despejada. Para la mente despejada el cuerpo ha de estar razonablemente agotado, no fulminado.

Ruedo fluido, sin cometer errores. Esto es una novedad. Mil sentidos en el tacto del gas y del embrague, anticipación.

La hora se echa encima.

Vamos Rafa, tío! Va, va. No aflojes, va. Atrás, cuerpo atrás. Aplomo, anticipación.

La x del control, preciosa.

Entro en mi minuto, en el segundo 40, pero en mi minuto. Cámara me dice:

- Hombre Torres!!! – sorprendido el muy cabrón.

- Se me ha salido la cadena tres veces – miento.

- Mala suerte, no?

- Tiras o tiro??? – seco, tenso.

Cuando gira la cabeza, doy una bocanada, respiro agitado. Uf, uf. Juego psicológico. No sé por qué hago esas tonterías, si ya sabemos todos lo que hay…

Tres Encinas, mañana de domingo. Chicken Way. He cambiado la camiseta de Mercado Actual por la de Befurious, algo menos cantosa. No por esconderme, que ya sabes que yo no me escondo, sino porque se lo prometí a Pedro, y porque la otra tenía tanto barro que ya no se veía el color azul.

Cuando llego a la trialera escapo cobarde y convencido.

Todo cambia sin ese esfuerzo supremo. Ayer acabé con una nube borrosa de visión en el ojo izquierdo; esto me pasa cuando alcanzo muchas, muchas, muchas pulsaciones. Hoy es otra historia.

Ataco el rally, seguro de mí mismo.

Sin miedo.

Atravieso ríos en los que no se ve el fondo sin cortar, y el agua me entra por el cuello, me cala las manos, baja por los calzoncillos y me rellena las botas hasta que rebosa por arriba.

Da igual.

Estamos pilotando.

Mis sentidos están a otra cosa.

Soy bastante feliz, dentro de las circunstancias.

Hasta que en la salida de un vadeo, engancho en una raíz. Oh no!. Ansiedad, furia, pánico, se entremezclan.

Tiro como un poseso.

Empujo.

Arrastro.

Apoyo la rodilla en la pendiente.

Me caigo de culo.

Tengo ganas de llorar.

Maldigo.

Enseguida ahogo el grito: es un despilfarro de energía inútil. No gritar. No vale para nada.

Respira. Respira. Respira. Calma. Piensa. Respira.

Ahora:

Piensa.

Muevo la rueda de atrás un palmo. Doy un golpe de gas, y salgo.

Calculo que han sido entre dos y tres minutos de pelea. Ya no llego. El control es de 90 minutos, pero sin esos tres ya no llego.

Ya lo sé.

No rendirse.

Hago mi clásica entrada en el ch pidiendo paso, bufando. Algunos se quitan sabiendo ya que soy yo, esos, la mayoría, que llegan con unos minutitos de sobra.

Que hacen amigos antes de los CH.

Yo no he hecho un amigo antes de un CH jamás.

Un minuto de palme.

Estoy eufórico. Estoy eufórico porque sé que puedo acabar, que ahora todo depende de la mente. De no cometer errores.

En Cabecito Pelao meto ruido en las primeras curvas, y me siento bien adelante, en el depósito, para dibujar una bonita estampa en donde más publico hay. Después, cuando me alejo de las miradas, me arrastro con los pies colgando, y me acojono cuando entro en las pozas en las que ya hay unos paréntesis gigantes de huellas, buscando terreno virgen para no encallar aunque la línea no sea recta.

Salgo como un zombi.

Me estoy meando.

He bebido mucho antes de la salida y llevo dos horas y media a fuego. He sudado, pero algo habrá que evacuar.

Cuento con los tres minutos de la asistencia. Entonces, ya saboreando esos dulces momentos, me caigo y se me descoloca la rodillera.

Oh! Joder!

Usaré los 3 minutos para colocarla.

Ya mearemos más tarde.

El team B Husaberg me hace todo en la moto, sólo les falta beber agua por mí. Rápido, eficaz. Michel, Borja, Rafa, y Juanan, al que le he prometido que le regalaré el primer trofeo que gane en el nacional. Me jalean mucho, yo creo que un poco de broma.

Otra vez en marcha, la rodillera me sigue molestando, y uso el minuto que me sobra en el siguiente CH para colocarla otra vez.

Después es el grito de “Viva Valverde!!!” en el control de paso, en el vídeo que ya es mundial. Ya lo ha visto hasta mi padre: “cada día eres más tonto, Rafael…”.

Cuando llego a la especial de encinas ya no aguanto más. Me duelen los riñones. Pico la tarjeta, me separo dos metros y meo impúdico. Denso y oscuro.

Buf.

3 horas después de que me empezasen las ganas.

(cada día eres más tonto… los padres siempre tienen razón).

Luego, el infierno.

Todo está rotísimo. Cuando atasco en las subidas y meto primera la moto da arreones, se me dispara, me descoloca.

En las bajadas se me cala.

A veces me asalta la confusión.

Pido agua en los controles de paso y la engullo.

Creo que tengo fiebre.

Un tío del motoclub me ve la cara, y se me acerca, y se retira:

- A ti ehto Torre, te lo habían contao, pero pa zentilo hay que vení, eh? Amigo. Varverde eh azí, ehto eh Varverde!!!

Uau! Qué ida de olla!

Aprieto los dientes y arrugo el entrecejo para no caerme desmayado en sus narices.

Esto lo tengo claro: no voy a parar hasta que me desmaye.

Y ahora desmayarme es una opción real, no una metáfora.

Los calambres en las piernas empiezan a ser insoportables. En las subidas rezo porque no sean tan dolorosos que me impidan mantener la inercia.

Es como si diez pirañas me fueran mordiendo los abductores, cinco en cada pierna. Al mismo tiempo, con toda el ansia.

Sé por experiencia que esos calambres no impiden los movimientos, y se puede seguir con ellos, pero el dolor es real. Intenso. Profundo.

Siempre que puedo me pongo de pie e intento estirar contra las estriberas, con cuidado porque también me están saliendo calambres en otros sitios.

En un badén con una poza (en todos los badenes hay pozas hoy), le doy recto. Ya no puedo más. No puedo pensar en el sitio mejor. Recto y a fondo.

La rueda clava y salgo por orejas.

En el aire anticipo el dolor del impacto.

En el suelo se confirma. Craaaasssss chof.

Ay.

O me levanto o me duermo.

Me duermo. Me duermo… RAFA! VAMOS TÍO!!! No rendirse. Nunca!

Al subir a una montaña ya veo Valverde a lo lejos, como un Oasis para las caravanas del desierto. Pero las que se habían perdido, y ya se había muerto la mitad de sed.

Allí está.

Valverde del Camino.

La Catedral del Enduro.

Un pasillo de gente aplaude a los pilotos que entran en la última especial. Los niños sacan la mano para chocar. Los niños que ya aman el enduro: Migué, al que le iba a regalar la moto si ganaba, su hermana Anabel: “Tú ereh rtorre, el que ze zeñalaba la camizeta arriba de lah encina. Te he conosío por la voh”, Manu, que estuvo en nuestro campamento el año pasado, el de la gorra de de la Cierva, y que cuando me ve me grita RAFA!!!, María, Manolo, Pedrito, con sus padres, con sus madres…Aprendiendo que el esfuerzo siempre tiene recompensa. Muy grande.

Y yo un hombre al límite,

pero un hombre en meta…

COMO ME GUSTA!!!!!!

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  • 2 weeks later...

COMO ME GUSTA!!!!!!

Épico!

Gracias!!. El fin de semana pasado en Madroñera, que era una carrera famosa por su exigencia, creo que me la huebiese podido hacer dos veces y no sufrir lo que en Valverde

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Muy buena Rafa.

Enhorabuena ya eres oficial de Husaberg.

VIVAAAA!!!!!!!!!!!

Os echo mucho de menos a los dos en el nacional...

En Valls de Torruella y en la otra de Barcelona nos vemos seguro.

Saludos

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