Barry Sheene… Un gran piloto, un gran tipo…
Si Barry Sheene tuviera ahora mismo 25 años, nadie le haría sombra y sería el piloto más mediático del circuito, ni Rossi, ni Stoner, ni Pedrosa, ni Lorenzo… NADIE.
Era un tipo excepcional, siempre con un cigarro en la boca, y con una sonrisa… y cuando esos ojos azules te miraban, te penetraban.
Barry Sheene, fue la persona que hizo que me atrajeran aún más las motos allá por los años 70s cuando todavía era un mico, y que hizo que el circuito del Jarama fuera como mi segunda casa.
En aquella época, no te encontrabas gorilas que te impidieran el paso, y una vez, pude acercarme al padock y darle la mano, no le pedí un autógrafo porque no llevaba un boli encima, pero sí mi cámara que se la había quedado mi hermano mayor y no le pude retratar.
«Barry, Barry… Hello.» le dije con mi ingles de pacotilla, debía tener yo no más de 8 años. Levantó la cabeza, se quitó las gafas de sol y apartando su cigarro de la boca me dijo:
«Hello» y me estrechó la mano tras quitarse el guante.
No me lo podía creer, me había dado la mano Barry Sheene… A su lado Kenny Roberts Sr. al que también saludé y aluciné igualmente.
Barry era un carácter sobre la pista, en Silverstone en 1978, en una carrera increíble con Kenny Roberts (que acabó ganando) fue un toma y daca entre ambos, al comienzo de la carrera, iban en grupo, Steve Baker (Yamaha) y Marco Luchinelli (Suzuki) junto a los dos capos de 500. una vez los dejaron atrás, las pasadas entre ambos fueron memorables, en una de las pasadas, Barry, estiró su brazo hacia atrás, y le sacó el dedito a Kenny, que en la última curva, al intento de exterior de Barry se abrió y éste no le pudo pasar. Fue una carrera memorable.
Gran amigo de Ángel Nieto, contra el que llegó a disputar algún mundial de 125 siendo subcampeón en 1971, y con el que compartía alguna que otra afición, y que no era otra que la de escacharrarse las piernas… «Tiene más clavos que una ferretería» han llegado a decir de él. El accidente en Daytona a más de 250 km/h es espeluznante, y siempre acababa subiéndose de nuevo a la moto, aunque esa fecha fue una premonición, ya que ese 10 de Marzo, sería el día en que nos dejaría para siempre, pero aún hay mucho que contar de él.
Campeón del mundo de 500 cc en 1976 y 1977 con SUZUKI, categoría en la que debutó con 23 años, en 1974, y había quien le consideraba heredero de Giacomo Agostini, pero la gran cantidad de caídas y lesiones, le llamaban «IRONMAN» hombre de hierro por la cantidad de clavos que tenía dentro, hicieron que no tuviera la constancia que el gran Giacomo.
Inseparable de su cigarro en la boca, que finalmente le llevaría al otro mundo, era un personaje envidiado y admirado en el «continental circus» (así se llamaba antes al circo de las carreras).
La caída más impresionante, y que la gente al llegar a su lado ya le daban por muerto, fue en Daytona en 1975, en esas curvas peraltadas, perdió el control de su suzuki, derrapando y teniendo una caída escalofriante. Por suerte para los aficionados a las motos, sobrevivió…
Barry adoraba la Suzuki RG 500, cosa que su compañero de escudería Pat Hennan, odiaba, decía que era imposible pilotarla sin llevar el corazón en un puño, y que los ingenieros de suzuki la habían hecho a gusto de Barry. Se divertía tanto pilotando la suzuki, que cuando acababan las carreras, fácilmente se le podía ver dando vueltas al circuito cuando se había vaciado del todo.
Tras perder los tres años siguientes el título mundial a manos de Kenny Roberts, suzuki pareció dejarle de lado ante la gran escudería italiana que habían formado entorno a Marco Luchinelli, campeón a la postre en 1981 y de Franco Uncini en el 1982. La entrada de Honda con la NSR (acababan de dejar aparcado la NS trtracilíndrica) y el dominio norteamericano con Freddie Spencer, hizo que Barry se fuera al eterno rival YAMAHA, que le prepararon dentro del equipo AKAI una YZR, con la que se volvió a subir a un podio por última vez, abandonando las carreras en 1984 de nuevos sobre una suzuki.
Al terminar su trayectoria deportiva se fue a Australia con su mujer Sthepanie y sus hijos.
Al detectarle el cáncer que acabó con su vida, Barry, prefirió seguir con su vida normal, antes de que el tratamiento (que no quiso seguir) le comiera por dentro, mientras seguía comentando las carreras para una Tv. Australiana.
Mi pequeño homenaje a Barry Sheene, son las maquetas que tengo de sus motos. Hechas con cariño y con admiración.
Video homenaje al gran Barry Sheene. Tú fuiste el culpable de mi pasión por las motos…
Un saludo.
By FILI
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