Cuando el Rally Dakar ha llegado a su ecuador, Laia Sanz hace balance de su participación hasta ahora en la edición 2012. La vigente campeona del Dakar de féminas es la única mujer que sigue en carrera y ocupa la 51ª posición en la clasificación provisional de motos.
-En la cuarta etapa tuviste una caída y te lesionaste la mano derecha. ¿Cómo te encuentras?
-La mano está ya muy bien. El día de la caída me asusté mucho porque tenía la mano muy hinchada y no podía coger el manillar. Pensaba que me la había roto, pero afortunadamente no fue así y en tres días, y con el trabajo del fisioterapeuta (Miguel Ángel Domínguez), ya estoy mucho mejor.
-Después de la primera semana, ¿Cómo estás de fuerzas?
-Ahora estoy muy bien. La verdad es que los tres primeros días se me hicieron muy duros y me costaron más que estos últimos. Quizá es porque ahora ya he cogido el ritmo de dormir poco. De todos modos, creo que he llegado muy en forma a la jornada de descanso, incluso ayer en la parte final de la etapa me sentí muy bien, lo que significa que estoy en buenas condiciones. Me siento fuerte.
-¿Te esperabas que la primera semana fuera tan dura?
-La impresión inicial fue que el Dakar sería muy duro, porque las primeras etapas me costaron bastante. Quizá había menos kilómetros que el año pasado pero eran muy lentos de hacer y muy físicos, además hacía mucho calor y era fácil deshidratarse.
-El año pasado llegaste a la jornada de descanso en 48ª posición. ¿Qué opinas de tus resultados en esta edición?
Esperaba estar un poco más arriba. Si no llega a ser por la perforación que se originó en el depósito con la caída, que me hizo perder mucho tiempo, estaría mucho mejor clasificada, sobre todo porque cuando tienes un problema que te hunde en la clasificación, al día siguiente cuesta mucho coger el ritmo. Sucede que la gente que tienes delante va más lenta que tu, pero te bloquea con el polvo que levanta y no los puedes adelantar, y acaba siendo un círculo vicioso.
-¿Qué podemos esperar de ti para el resto de la carrera?
-Si sigo constante entre los 50 primeros puedo mejorar el 39º puesto del año pasado. Lo importante es tener claro que no hay que correr mucho sino que hay que ir haciendo sin prisas, sin arriesgar y siendo conscientes de que la gente se irá autoeliminando. El Dakar por encima de todo es una carrera contra uno mismo. Ahora hemos cambiado el motor, para ir más seguros también en lo que a mecánica se refiere. Hay mucha gente que ha preferido esperarse, pero me temo que algunos tendrán problemas pronto porque el desierto desgasta.
-¿Qué tal está yendo la Gas Gas 450?
-La moto está funcionando muy bien, sin ningún problema. Este proyecto se ha preparado en muy poco tiempo y sin haber realizado ningún entrenamiento en Marruecos, así que es lógico que cada día veamos algún detalle por mejorar, pero estoy muy satisfecha.
-El año pasado tenías a Jordi Arcarons como mochilero de lujo. ¿Qué tal con tu nuevo compañero Marc Guasch?
-Estoy gratamente sorprendida porque no esperaba que nos compenetráramos tan bien. Estamos haciendo un trabajo magnífico, incluso creo he rodado más kilómetros junto a él que el año pasado con Jordi. Marc quiere que vayamos tranquilos, me aconseja muy bien y me transmite mucha tranquilidad.
-Eres la única mujer que sigue en carrera. ¿Qué ha pasado este año?
-En esta edición del Dakar sólo estábamos Rosa Romero y yo en el apartado de motos. Me extrañó muchísimo, pero es posible que la dureza del Dakar haya echado atrás a más de una. Imagino que el momento económico tampoco habrá ayudado… Me hubiera gustado competir contra más chicas.
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