Rosa Romero ha dicho adiós al Dakar 2012 al fin de su tercera especial cronometrada. La piloto de KH-7 vivió ayer un auténtico calvario mecánico con el motor de su KTM, que se detenía cada cinco kilómetros por problemas no diagnosticados de temperatura, y que la forzaron a renunciar a seguir la ruta asignada para las motos. Al no cumplir con los puntos de paso asignados por la organización, Romero ha sido excluida de la competición esta misma mañana.
La tercera etapa del Dakar 2012 fue un auténtico sufrimiento para Rosa Romero desde los instantes siguientes a la cuenta atrás, como nos detalla cronológicamente la protagonista: «Llegamos a la salida del tramo tras un largo enlace durante el que no percibimos avería alguna. Sin embargo, cuando nos dieron la salida eran casi las doce del mediodía, y bajo un infernal calor, la moto se detuvo en el kilómetro 15. Al principio pensamos que era un problema en el encendido, así que me puse a desmontar el motor con la ayuda de Pedro Peñate y lo reemplazamos por completo. Sin embargo, la moto se seguía deteniéndose cada poco rato».
Sin un diagnóstico del origen de la avería y tras más de cinco horas en el tramo, Rosa dio carta libre a Pedro y aguardó a la espera de la llegada de su camión de asistencia, que pilotan los burgaleses Alberto Herrero y José Javier Paisán: «A su llegada tuve que tomar la decisión de abandonar, porque era imposible seguir adelante por la ruta de las motos con mi máquina así, o seguir adelante por el recorrido de los camiones a fin de contar con el imprescindible auxilio de mi asistencia. Tras arrancar y parar cada diez kilómetros para refrigerar la mecánica acabé alcanzando al vivac a la una de la madrugada y arrastrando la moto, completamente desfallecida».
Rosa Romero se retiró a descansar sin conocer todavía el veredicto de la organización acerca de la ruta tomada, en la que, lógicamente, se había saltado numerosos controles de paso. La resolución de los jueces deportivos la ha conocido esta misma mañana. ASO le ha confirmado su exclusión del Dakar por no seguir la ruta asignada, noticia que ha caído como un jarro de agua fría a la catalana: «Siento una sensación de rabia de no haber podido llegar a la meta, aunque por otro lado, analizándolo fríamente, ha sido una avería mecánica, y contra eso no queda más que resignarse. La pena es que todo ha ocurrido en el peor momento, al inicio de la especial y justo el día en que las rutas de motos y coches/camiones se bifurcan».
Rosa Romero seguirá viviendo in situ el Dakar 2012, aunque esta vez como espectadora, hasta la llegada de la caravana a Copiapó, ciudad que acogerá la jornada de descanso.