Hola amigos, hace dos semanas tuvimos la suerte Nacho y yo de vivir desde dentro, esta impresionante prueba, que fue otra que el Cto. del Mundo de Trial Indoor en Madrid. Ya os hemos puesto las fotos y la crónica, pura y dura de lo que ocurrió allí dentro. Pero ahora no os voy a contar, estadística en mano, lo que ya habéis leído, sino que leeréis una visión diferente de la prueba, lo que cuando dejabas la cámara o cuando acercabas el zoom, veías, notabas o creías que estaba sintiendo cada uno de ellos sobre su motos y en la posición más inverosímil que te puedas imaginar…
Desde fuera creemos que son Dioses, y en efecto para muchos de nosotros lo son, si entendemos por «Dioses» alguien inalcanzable e insensible que todo lo hace perfecto y a quien queremos parecernos. Pero allí abajo, a pie de pista, junto a los obstáculos, junto a la gente de su equipo, te das cuenta de que esos Dioses sienten, maldicen, lloran, ríen en definitiva que son humanos, como nosotros, pero con el disfraz de Dioses.
En el momento en el que pisamos el estadio, y te acercabas a las zonas, les veías junto a sus mochileros estudiando los pasos, ya percibías en ellos la tensión de lo que se les avecinaba. A un contenedor colocado de forma enrevesada, ellos adoptaban la postura que tendrían minutos más tarde sobre su moto, e incluso en sus caras se adivinaba la tensión del momento en el que aceleraban y lo superaban.
La otra visión es la tensión de Alfredo Gómez en el momento que en la primera zona al hacer fiasco, parte la bomba del freno delantero, como llegaba al paddock y cogía la segunda moto para finalizar, o como viendo la final se le veía con unas ganas tremendas de aprender tomando «notas» de los finalistas.
La aparente tranquilidad de Brown, heredero de Lampkin y Garvis, un británico metido entre la «armada invencible » (esta sí que invencible) al que se le véia como en una nube, sin exteriorizar sus emociones…
El grito de rabia de Cabestany cuando hizo fiasco en la zona de Los Peñotes por un error infantil, o su alegría al terminal a 0 la zona del agua, no en vano acababa de conquistar el subcampeonato.
La alegría que irradiaba Fujinami en todo momento. Alguien a quien si no le miraras a la cara y vieras esos ojos rasgados, pensarías que no se trata de un hijo del sol naciente. Su forma de celebrar los ceros era más «latina» que la de cualquier otro participante, y eso se agradecía.
A Dani Oliveras se le veía emocionado, no todos los días pasa uno a la final en una competición tan dura como esta, y él lo consiguió y todo a una carrera magistral en la que ganó a Alfredo Gómez y pudo con ello acceder a la final. Su tenacidad le hizo pasar, a una final en la que su misión era la de aprender, y eso se le notaba.
Jeroni Fajardo al finalizar era el piloto más feliz de todos, no en vano conseguía su primer podio de la temporada y batiendo ni más ni menos que a Raga, Fujinami y Cabestany. Cada zona que terminaba de la final, era para él como ir subiendo de nivel en una partida de videojuegos. Parecía que su meta era ir zona a zona, sin importarle lo que le esperaba en la siguiente, y le daba igual. Me recordabó la frase que le dijo Doc Hudson a Rayo McQueen en la película de CARS cuando éste empieza la última vuelta de la última carrera…
«Te queda una vuelta, recuerda que son 4 curvas, vete una por una»…
El monumental cabreo de Adam Raga al perder el subcampeonato por un «5» que en un principio solo lo vio el juez, (yo no lo vi, aunque mi posición era menos privilegiada que la suya). Su concentración constante en las zonas. El un quiero y no puedo (o no me dejan) batir a Bou. Y eso en un campeón del mundo te impresiona, no porque aunque haya sido campeón esté en la hora de la retirada e intente pasear su caché sin hacer el ridículo, sino que nos encontramos ante un piloto que está en su plenitud tanto física como deportiva para seguir dando alegrías a sus seguidores. Sentimientos que se pueden aplicar igualmente tanto a Cabestany como a Fujinami.
Y la facilidad con la que parece que Bou hace las cosas, su sonrisa de saberse actualmente el mejor y actuar como tal. Aunque en su interior sabe que el primero siempre debe mirar hacia atrás para ver lo cerca que están de él sus perseguidores, cosa que estos su única meta es mirar hacia adelante para vencerle.
Hay más cosas que percibí en esa prueba, vista desde tan dentro. Imagino que cada uno tendrá sus propias emociones, habrá visto y sentido cosas diferentes… Pero estas son parte de las mías…
By Fili.
Todas las fotos del indor aqui
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